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El Mana de la Tora por Dr Ketriel Blad


Bereshit 1-2

En el principio de

Génesis 1:14 – 23

Y dijo Dios: Sean lumbrer as en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años;

Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra: y fue.

(Gén. 1:14-15 RV1909)

¿Cuál es la misión principal de las lumbreras celestiales?

Cuando el Todopoderoso decidió hacer las lumbreras, expresó el orden de prioridades en la misión de todas ellas. Lo primero que dijo fue que servirían para separar entre el día y la noche. La segunda misión es marcar el tiempo con sus diferentes eventos importantes en su trayecto. La tercera misión del sol, la luna y las estrellas es alumbrar sobre la tierra con todo lo que eso conlleva.

¿No sería más lógico pensar que la misión principal de las lumbreras es alumbrar sobre la tierra, especialmente si pensamos en todos los beneficios que la tierra y sus moradores reciben del sol? Es imposible vivir en la tierra sin la aportación del sol. El sol es tan importante para nuestra existencia que muchos pueblos y culturas a lo largo de la historia lo han adorado como su dios principal. No obstante, la Torá revela que el sol tiene un Creador y por lo tanto esa práctica es rechazable.

Volviendo al tema, ¿cómo es que el Todopoderoso no menciona como primera función del sol y las demás lumbreras el alumbrar sobre la tierra? Hay dos prioridades más importante para Él. Una de ellas es marcar las estaciones y los tiempos, incluyendo todas las fiestas de su programa de redención, revelado al pueblo de Israel. Pero aunque esa misión sea más importante que la de alumbrar sobre la tierra, no es la más importante. La más importante es separar entre el día y la noche. Otra vez vemos la importancia en la creación de las separaciones entre diferentes cosas. En este caso se trata de una separación en el tiempo y también entre luz y tinieblas.

Las tinieblas no son otra cosa que falta de luz. En una sombra hay menos luz, y muchas veces se puede ver una clara separación entre el área alumbrada por la luz del sol y otra área donde hay sombra. La sombra tiene menos luz. La noche tiene menos luz que el día porque la noche es el producto de una sombra. Sólo la luna y las estrellas transmiten una luz directa a la tierra y por eso hay menos luz durante la noche que durante el día. Sin embargo, en la noche sigue habiendo algo de luz. Las tinieblas de la noche no son totalmente oscuras. La oscuridad no siempre es muy oscura. Es en relación con la luz que las tinieblas se vuelven más tinieblas. La luz produce una separación.

El Todopoderoso vio que la luz era buena, pero no está escrito que las tinieblas fueron consideradas malas. Más adelante cuando el Todopoderoso había creado todo, vio que todo era bueno en gran manera (1:31), incluidas las tinieblas de la noche. Así que en relación con la luz las tinieblas no son tan buenas, pero no son malas. Las tinieblas son necesarias y tienen su función en esta creación llena de separaciones.

Así que es muy importante para el Eterno que haya una separación entre el día y la noche y entre la luz y las tinieblas. La tarea de separar es la más alta misión del sol, la luna y las estrellas.

¿Por qué esta misión es la más importante? ¿Qué podemos aprender de esto?

Aprendemos que para el Todopoderoso es muy importante hacer una diferencia entre el día y la noche. ¿Por qué es tan importante hacer una diferencia entre el día y la noche? Porque ciertas cosas tienen que suceder durante el día y otras cosas durante la noche. El hombre fue creado para estar despierto durante el día y dormir por la noche. Esta es una de las verdades más básicas de la creación. El hombre fue creado para trabajar de día y dormir de noche. Para tener armonía en la vida es importante seguir este orden natural.

Después de la invención de la luz artificial el hombre se ha acostumbrado más y más a alterar este orden y una gran parte de los habitantes del mundo hoy en día no se acuestan de noche sino de día. Esto es una alteración de lo establecido y crea desorden en el ser humano y trae consecuencias negativas cuerpo y alma. No obstante, hay momentos cuando el hombre puede alterar este orden y no dormir durante varias horas de la noche o durante una noche entera, pero esos momentos son excepcionales y no deben repetirse demasiado para no causar daño al ser humano.

Así que el Todopoderoso quiere enseñarnos la importancia de la separación entre el día y la noche.

El día fue creado para que el Creador sea alabado de una manera especial, como está escrito en el Salmo 113:3: “Desde el nacimiento del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del SEÑOR.” (LBLA) Y no solamente el hombre fue creado para dar alabanzas durante el día, también las mismas lumbreras están alabando a su Creador, como está escrito en el Salmo 148:3: “Alabadle, sol y luna; alabadle, todas las estrellas luminosas.” (LBLA)

Así que por la mañana cuando el sol sale es el momento de levantarse y alabar al Eterno. Si te quedas dormido en la cama no cumples gran parte de tu misión como ser humano. Levántate por la mañana y alaba al Eterno tu Creador. Él te espera cada mañana porque te desea y se goza con tu presencia. No pierdas la cita con Él mañana por la mañana.

¿Cuál es la mejor manera de poder estar alerta por la mañana? Acostándose suficientemente temprano para no tener sueño a la hora de presentarse ante el Eterno. De esta manera podemos servirle de manera más agradable.

En el Salmo está escrito que el sol, la luna y las estrellas alaban al Eterno. Esta función de las lumbreras de marcar la separación entre el día y la noche es una constante alabanza al Eterno.

Aprendamos de esto la lección de separar bien entre el día y la noche y convivir con lo establecido por el Creador. No te quedes demasiado tiempo antes de dormir por la noche. Acuéstate a tiempo. No malgastes las horas de la noche para no dormir. Prepárate para presentarte ante tu Padre celestial por la mañana y tendrás un día mucho mejor, porque “No somos de la noche ni de las tinieblas… nosotros somos del día”. (1 Tes. 5:5b, 8a LBLA)

 

Con amor,

 

Ketriel