¿Por qué Israel quiso adoptar a los hijos de Yosef?
Israel estaba enfermo y cerca de morir. Sus ojos físicos estaban oscuros, pero sus ojos espirituales estaban abiertos. Cuando Yosef se enteró de que su padre estaba enfermo, se fue a visitarle con sus dos hijos mayores.
Yaakov había recibido promesas de tener muchos hijos, pero Rajel se le había muerto y él pensaba que no era suficiente tener dos hijos de ella. Por eso tomó la decisión de adoptar a los dos hijos mayores de Yosef como sus propios hijos, dándoles el mismo estatus que Reuvén y Shimón.
Durante más de 20 años Israel pensaba que Yosef estaba muerto. Sin embargo, en ese tiempo nacieron los dos hijos Efrayim y Menashé en el mundo gentil por una madre procedente de los gentiles que había abrazado la fe de Israel.
El nombre Yosef significa “añadirá” y por medio de él se añadirían más hijos a Israel en el tiempo de su ceguera y de su enfermedad.
Cuando Israel estaba a punto de adoptar a los hijos de Yosef como sus propios hijos, preguntaba quiénes eran, para estar seguro de lo que estaba haciendo, para que no pasara lo mismo que pasó cuando él engañó a su padre y se llevó la bendición. Luego le pidió a Yosef que los acercara para que los pudiera bendecir.
Todas estas cosas tienen una proyección profética para los últimos tiempos. Yosef representa al Mesías, hijo de Yosef, que Israel ha considerado muerto durante 2000 años. En ese tiempo han nacido muchos hijos del Mesías entre los gentiles. Mayormente están en el mundo cristiano y por eso aprendieron tanto la vida gentil como parte de la fe de Israel. En los últimos tiempos los hijos de Yeshúa serán acercados a la fe de Israel, el judaísmo, especialmente durante la gran tribulación que Israel y el mundo pasarán. Los ojos de Israel se abrirán proféticamente para que pueda ver estos hijos y adoptarlos como sus propios hijos para el mundo venidero.
La pregunta “¿Quiénes son estos?” aparece en dos lugares más de las Escrituras (Isa. 49:18-22 y Rev. 7:13-14). Allí habla de los hijos nuevos que serán añadidos a Israel en los últimos tiempos, y especialmente en la gran tribulación, cuando Israel estará enfermo y a punto de morir. Pero la venida de Ben Yosef como Ben David le dará nueva vida.
El interés por las raíces hebreas que hay en el mundo cristiano ha sido despertado por el Mesías Yeshúa que está en el cielo intercediendo por sus hijos en la tierra. Es un movimiento que terminará abriendo los corazones de los hijos de Yeshúa no judíos para que abracen la fe judía y dejen el cristianismo. No significa que tendrán que convertirse y hacerse judíos, sino que adopten un estilo de vida y una teología que estén afín con Israel para que ya no sean piedras de tropiezo para los judíos. En el Mesías hay lugar para los dos pueblos sin que el uno tenga que convertirse en el otro. El judío no puede dejar sus tradiciones para poder unirse con los hijos del Mesías de entre los gentiles. Son los no-judíos que tendrán que cambiar sus costumbres para poder vivir con los judíos y formar un solo pueblo, multifacético pero unido.
Los que son obedientes a Ben Yosef serán llevados por él hasta las rodillas de Israel para que este los pueda besar y abrazar y adoptar como sus propios hijos.
Es tiempo de dejar de obligar a los judíos a denegar de su herencia cultural, espiritual y teológica para poder unirse a los hijos del Mesías de entre los gentiles. Sólo cuando los hijos de Ben Yosef estén dispuestos a acercarse completamente a Israel y ser besados y abrazados por él podrán recibir su gran bendición.
Que el Eterno nos dé ojos abiertos para que cada uno pueda entender qué es lo que le toca hacer en este movimiento profético de acercamiento entre los dos.
Shavua tov,
Ketriel