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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Trumá 19-5

Ofrenda

Éxodo 26:31-37

Y pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo.

(Éx. 26:34 LBLA)

¿Dónde está el trono del Eterno?  

El propósito de todos los templos creados por el Eterno es que él pueda habitar y gobernar en el lugar santísimo. El hombre fue creado para ser un templo. Así que dentro de cada uno de nosotros hay un lugar santísimo. Es el lugar más íntimo de nuestro ser, muchas veces llamado corazón en las Escrituras.        

El tabernáculo tiene tres divisiones, el atrio, el lugar santo y el lugar santísimo. El atrio corresponde al cuerpo humano, el lugar santo al alma y el lugar santísimo al espíritu. Dentro de nuestro espíritu está el lugar donde el Eterno desea habitar. Hay una relación muy íntima entre el corazón y el espíritu (Ez. 11:19; 36:26).         

El trono del Eterno está representado en el tabernáculo por la tapa del arca, llamado propiciatorio. Moshé fue ordenado a poner el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo. Esto nos enseña que cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de poner el trono del Eterno en nuestros corazones. Sólo una persona puede estar en el trono de tu corazón.         

El pecado más grande es sentarse a sí mismo en ese trono porque así estará ocupando el lugar que sólo le corresponde al Altísimo, y se está haciendo a sí mismo Elokim. Este fue el primer pecado de los hombres, tomar el lugar del Altísimo en sus corazones. Ellos mismos empezaron a gobernar sus vidas en lugar del Eterno.      

El arrepentimiento más profundo y más importante es cuando el hombre baja del trono de su corazón y permite que el Eterno se sienta allí. De esa manera deja de mandar sobre su vida y permite que el Eterno gobierne desde dentro.         

El Eterno se manifiesta dentro del espíritu de todos los que le permiten ocupar el trono de su corazón.        

El trono está colocado sobre el arca del testimonio. El arca simboliza el corazón del hombre. El arca fue creado para contener las tablas de piedra con las diez palabras. Estas dos piedras suman toda la Torá. La Torá en el corazón es el fundamento para el reinado del Eterno en nuestras vida.         

Las tablas de piedra también son llamados el testimonio. Esto habla del testimonio de la presencia del Espíritu del Eterno dentro de cada corazón de los que se han humillado ante Él. El que tiene el testimonio dentro de sí sabe que es Su hijo.

Si no has abdicado del trono de tu corazón, hazlo ahora. Invita al Eterno a tomar su lugar en el trono de tu corazón. Deja que el Eterno sea el Rey en tu interior y cumplirás la razón por la cual fuiste creado como un templo.

          Ketriel