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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


VaYikrá 24-3

Y llamó

Levítico 2:7-16

Además, toda ofrenda de cereal tuya sazonarás con sal, para que la sal del pacto de tu Dios no falte de tu ofrenda de cereal; con todas tus ofrendas ofrecerás sal. 

(Lev. 2:13 LBLA)

¿Qué nos enseña la sal?

La sal tiene dos funciones principales, sazonar y preservar. Una comida sin sal es insípida y alimentos bien salados se mantienen sanos durante mucho tiempo. Por estas razones la sal no podía faltar en la mesa del Eterno. Todos los sacrificios que subían al altar tenían que tener sal.  Los sacrificios son una comida para el Eterno (Lev. 21:22) y por lo tanto siempre tiene que ser sazonada con sal ya que toda comida debe tener sal. Y como la sal tiene la capacidad de preservar los alimentos, también simboliza algo perpetuo.

La sal del Mar Salado, llamada “sal de Sodom”, que normalmente se usaba en Israel en tiempos antiguos, nunca pierde su sazón. Por esta razón la sal simboliza lo eterno y es usada como señal de pacto. Lo fundamental de un pacto es que sea perpetuo y por eso la sal es un buen símbolo para ello.

Cuando el Eterno instituyó las ofrendas en el tabernáculo también ordenó el uso de la sal como recuerdo de su pacto perpetuo con el pueblo. Al llamar un pacto “pacto de sal” – brit melaj,ברית מלך  – significa que es un pacto sólidamente establecido y perpetuo. Dos veces aparece esa expresión en las Escrituras (Núm. 18:19; 2 Crón. 13:5).

La sal tenía que acompañar no solamente todas las ofrendas que subían al altar, sino también el incienso y el pan de la proposición. Incluso se usaba para la rampa del altar para que los sacerdotes no se resbalaran.

En la mesa de un judío no debe faltar la sal. Después de la destrucción del templo la mesa en la casa de un judío es vista como un altar. Por eso, después de hacer la bendición sobre el pan, es costumbre echar sal sobre el pan o meter los trocitos de pan en sal antes de comerlos. Así se recuerda el pacto delante del Eterno.

El texto que hemos resaltado también nos enseña que sólo se puede acercarse al Eterno a base de un pacto. Es imposible acercarse al Eterno sin tener un pacto como fundamento. La palabra hebrea que normalmente se traduce como sacrificio es korbánקרבן  – (en este versículo fue traducida como ofrenda). La raíz de esa palabra es karav – קרב – que significa acercar(se). El sacrifico no es solamente algo que se acerca al Eterno sino también sirve como medio para acercarse al Eterno. Ahora, sin sal el sacrificio no es acepto delante del Eterno. Con otras palabras sin pacto no hay cercanía al Eterno.

Todos los pactos entre el Eterno y el hombre sirven como plataformas para que el hombre pueda acercarse al Altísimo.

¡Bendito sea el Eterno por los pactos que ha hecho con los hijos de Noaj (Noé), Avraham, el pueblo de Israel, David y el Mesías por medio de los cuales el hombre puede acercarse al Eterno y ser bien recibido!

          Bendiciones,

          Ketriel