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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Tazría 27-3

(Ella) concebirá

Levítico 13:18-23

y si se extiende en la piel, el sacerdote lo declarará inmundo: es infección. Pero si la mancha lustrosa permanece en su lugar y no se extiende, es sólo la cicatriz de la úlcera; el sacerdote lo declarará limpio.

(Lev. 13:22-23 LBLA)

¿Quién juzgará al sacerdote?

El sacerdote tiene una responsabilidad muy grande. En sus manos está la capacidad de hacer ritualmente limpia o impura una persona afectada por algo semejante a tsaráat. En el texto de la Torá no aparece la palabra “declarar” en relación con la declaración de ser limpio o impuro una persona. La Torá dice literalmente que el sacerdote puede hacer limpio – tiher,טהר  – o hacer impuro – timé, טמא una persona. Por su puesto lo hacer por medio una declaración, pero la Torá no lo dice sino enfatiza de esta manera la enorme autoridad que tiene el sacerdote para hacer pura e impura una persona. Así que no es la plaga en sí que hace impura la persona afectada o la ausencia de la plaga que hace pura la persona, sino el sacerdote. ¡Qué grande autoridad hay en las manos del sacerdote en cuanto a esta plaga!

Si él no administra bien su autoridad será capaz de arruinar la vida social de una persona puesto que el que era declarado impuro por causa de esa plaga tenía que vivir fuera de la sociedad, fuera del campamento, como está escrito en Levítico 13:45-46: “En cuanto al leproso que tenga la infección, sus vestidos estarán rasgados, el cabello de su cabeza estará descubierto, se cubrirá el bozo y gritará: ¡Inmundo, inmundo! Permanecerá inmundo todos los días que tenga la infección; es inmundo. Vivirá solo; su morada estará fuera del campamento.” (LBLA) Y en Números 5:2-3 está escrito: “Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, a todo el que padece de flujo y a todo el que es inmundo por causa de un muerto. Echaréis tanto a hombres como a mujeres; los echaréis fuera del campamento para que no contaminen su campamento, donde yo habito en medio de ellos.” (LBLA)

El que haya recibido mucha responsabilidad también tendrá un juicio más severo. En el caso de una equivocación por negligencia el sacerdote será responsable ante la Corte Celestial del daño que ha causado al hacer limpia o impura una persona sin que lo sea.

Si has sido injustamente tratado por las autoridades, clama al Eterno por justicia y deja lugar al juicio del Eterno y no tomes la venganza en tus propias manos. Sólo harías más daño.

Bendiciones,

Ketriel