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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Tazría 27-7

(Ella) concebirá

Levítico 13:55-59

Esta es la ley para la marca de lepra en un vestido de lana o de lino, sea en la urdimbre o en la trama, o en cualquier artículo de cuero, para declararlo limpio o inmundo

(Lev. 13:59 LBLA)

¿Por qué la Torá habla tanto de la tsaráat?

La Torá ocupa mucho espacio y tiempo hablando de la plaga de tsaráat. Según tengo entendido ninguna de las enfermedades que se conocen en el mundo hoy tienen estos síntomas explicadas en la Torá. Sin embargo tenemos varios ejemplos en las Escrituras de personas que han sufrido esta enfermedad, algunas de ellas fueron sanadas, y especialmente por nuestro Rabino.

Todos los casos tienen algo en común, ocurrieron en tiempos cuando la morada del Eterno estaba entre los hombres, con otras palabras, en tiempos cuando estaba el tabernáculo o alguno de los dos templos.

Esto nos enseña que la presencia del Eterno es como una espada de dos filos, por un lado su presencia nos sana de todas nuestras enfermedades pero por otro lado exige más fidelidad en el pueblo y especialmente entre los líderes para que no vengan sobre nosotros plagas y enfermedades.

La Torá ocupa mucho espacio con esta enfermedad porque se podía manifestar de muchas maneras en los cuerpos humanos y en los objetos alrededor del hombre y cada caso tenía que ser explicada en detalle.

Además parece ser contagiosa y por eso era muy importante ser meticuloso en eliminarla para que no afectara a otros (cf. Deut. 24:8).

En adición a esto, al comparar esta plaga con el pecado, aprendemos a ser meticulosos con el pecado en nuestras almas y no dejarlo crecer sino hacer todo lo posible para eliminarlo y arrancarlo desde las raíces. Para eso necesitamos clamar al Cielo por ayuda porque el hombre no es capaz de sacar su pecado sin ayuda de lo Alto.

También aprendemos que el Eterno está muy interesado en esta plaga porque usa mucho texto de su Libro hablando de este tema. Este hecho encierra un secreto mesiánico muy grande y por eso en la tradición judía el Mesías recibe el nombre de “El Leproso”.

Bendiciones,

Ketriel