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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Lej Lejá 3-2

Ve por ti

Génesis 12:14 – 13:4

Y anduvo en sus jornadas desde el Neguev hasta Betel, al lugar donde su tienda había estado al principio, entre Betel y Hai, al lugar del altar que antes había hecho allí; y allí Abram invocó el nombre del SEÑOR.

(Gén 13:3-4 LBLA)

¿Cómo superar las crisis en la vida?

En la tierra había hambre por causa de la falta de lluvia. Esto fue el resultado del pecado de los hombres que vivían en la tierra del Eterno. Fue ocupada por los descendientes de Kenaan. El hambre obligó a nuestro padre Avraham mudarse temporalmente a Egipto donde había pastos y alimento suficiente. Cuando llegó allí Sara fue tomada como esposa del Faraón. No solamente la vida de Avraham estaba en peligro, el plan divino para los descendientes de Avraham estaba muy cerca de ser abortado.

¿Qué hizo nuestro padre en esa situación? ¿Cómo pudo salir victorioso de esa prueba tremenda? Hay tres verdades que tenemos que tener presentes para poder superar las crisis de la vida:

·         El Eterno dirige las circunstancias alrededor de cada persona.

·         El Eterno interviene en las circunstancias de cada persona que confía en Él.

·         El Eterno causa que vengan situaciones límite con el fin de forjar el alma de cada persona y producir un carácter aprobado.

El Eterno hizo que no lloviera en la tierra porque los hombres eran pecadores. Detrás de todo lo que sucede a nuestro alrededor está la mano del Todopoderoso. Él había permitido que estas circunstancias llegaran con el fin de forzar a Avraham a bajar a Egipto. En ese momento Avraham podía elegir entre quejarse o confiar. Podía quejarse de la conducta depravada de los habitantes de la tierra que causó el juicio divino en la atmósfera. Pero en lugar de quejarse dirigió sus pasos a Egipto y buscó una solución temporal para esta situación.

Hay momentos cuando tenemos que tomar decisiones que no nos gustan, y por causa de las circunstancias estamos obligados a hacer cosas que no están de acuerdo con nuestros ideales.

Sin embargo hay un Poderoso en el cielo que dirige los pasos del hombre, y El quiso que los pies de nuestro padre Avraham pisaran la tierra de Egipto, porque en el futuro quería dar todo lugar donde había pisado su pie a sus descendientes. El Eterno tenía planes mucho más altos de lo que Avraham podría imaginar en ese momento. Si él había puesto su vida en las manos del Eterno y el Eterno había prometido protegerle y bendecirle, entonces Él tenía que cuidar de Avraham avinu – nuestro padre.

Las preocupaciones del alma quieren ahogar la paz y causar malestar y queja en nuestras mentes. Avraham tuvo que aprender a superar todas esas emociones y confiar en Él que estaba en control de todo.

 Al llegar a Egipto tuvieron que pasar por una prueba mucho más fuerte que la del hambre en la tierra. Su esposa le fue quitada y él corría el peligro ser asesinado. ¡Qué angustia sentiría Avraham cuando su amada fue llevada al palacio del Faraón para ser su esposa” ¿Pasó la noche sin dormir? ¿Clamaba al cielo por ella y por sí mismo? Ahora su vida y la vida de ella estaban en peligro y el plan del Eterno para sus vidas estaba a punto de ser quebrado. Ciertamente era el momento de clamar, llorar y derramar el alma delante del Eterno y descargar toda esa angustia. ¿O quizás Avraham tenía tanta confianza en el Eterno que pudo vivir por encima de esos temores y angustias sin clamar al cielo? Creo que no, porque por el temor a morir dijo una media verdad cuando aseguró que Sara era su hermana. Su temor le hizo ser desleal a su pacto matrimonial y exponer a su esposa al adulterio y a una situación muy peligrosa.

Avraham no luchó contra el Faraón. No tenía la posibilidad de impedir que los siervos del Faraón se llevaran a Sara. Cuando veía cómo las autoridades abusaban de su poder, no luchó contra ellas en su rabia, sino superó su ira y su frustración volviéndose hacia arriba donde había Uno que gobernaba sobre las circunstancias. Pienso que Avraham pensaba: “Si el Eterno ha permitido que vengamos a esta situación, Él es responsable de nuestras vidas y suficientemente poderoso para sacarnos de esto.”

Y el Eterno fue fiel y ayudó a los que clamaban a Él sin luchar con sus propias fuerzas para cambiar circunstancias que no se podían cambiar de forma natural. Todo lo que sucede en el mundo visible es el resultado de lo que primero ha sucedido en el mundo invisible. Por eso Avraham y Sara optaron por cambiar, mediante la oración, lo que sucedía en el mundo invisible. Ellos tomaron la decisión de confiar en el Eterno y así Él respondió, enviando un emisario celestial y cambió la derrota en victoria en un momento. Avraham y Sara salieron ilesos en sus cuerpos de allí y por añadidura obtuvieron muchas riquezas de Egipto.

Sin embargo la angustia que habían pasado sus almas requería un nuevo encuentro íntimo con el Eterno. Por eso Avraham no descansó hasta volver a uno de los lugares de encuentro íntimo que había tenido antes de bajar a Egipto. Sin parar se fue hasta el altar que estaba entre Betel y HaAy. Betel significa Casa del Poderoso y HaAy significa el montón de ruinas. En ese lugar Avraham había tenido un encuentro muy íntimo con el Eterno anteriormente y ahora deseaba profundizar de nuevo su relación con Él, después de superar la crisis tan profunda en Egipto.

Pienso que su reencuentro con el Eterno consistía en dos clamores, gratitud por haber sido salvados y un deseo muy profundo de recibir nuevo aliento en sus almas.

Querido discípulo del Mesías, si has puesto tu vida en las manos del Eterno, debes saber que todas las circunstancias y todo lo que te sucede están bajo su control. No optes por la queja, sólo confía y clama y busca una solución del Eterno, y Él enviará lo que necesitas, a su manera y en su tiempo. Debes saber que todo, absolutamente todo que te sucede está dentro de su plan para tu vida y él lo está permitiendo con el fin de moldear tu carácter y forjar tu alma a la perfección. Así que no te desalientes, sigue mirando hacia arriba y él hará su obra. Y después de que hayas superado la crisis, vuelve al lugar de encuentro. Lo necesitas.

           Que el Eterno te dé paciencia y gozo para salir de la prueba victorioso,

           Ketriel