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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Kedoshim 30-2

Consagrados

Levítico 19:15-22

No odiarás a tu compatriota en tu corazón; podrás ciertamente reprender a tu prójimo, pero no incurrirás en pecado a causa de él. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo; yo soy el SEÑOR. 

(Lev. 19:17,18 LBLA)

¿Quién es el prójimo?

El principio fundamental del judaísmo se encuentra en este texto, amar al prójimo como a sí mismo. Cuatro términos diferentes que definen otras personas aparecen en estos dos versículos. Los cuatro son:

-          Compatriota (v. 17) – aj, אח – literalmente “hermano”

-          Prójimo (v. 17) – amit, עמית  – compañero

-          Hijo del pueblo (v. 18) – ben am, בן עם

-          Prójimo (v. 18) – rea, רע

Los cuatro son utilizados en estos versículos como sinónimos, con el mismo significado. Surge la pregunta si solamente se refieren a los israelitas o a todas las personas del mundo.

La respuesta encontramos en otros textos. En Génesis 9:5 está escrito: “Y ciertamente pediré cuenta de la sangre de vuestras vidas; de todo animal la demandaré. Y de todo hombre, del hermano de todo hombre demandaré la vida del hombre.” (LBLA) En Génesis 24:4 está escrito: “Y Jacob dijo a los pastores: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos dijeron: Somos de Harán.” (LBLA)

En estos dos textos es usada la palabra aj – hermano – cuando se refiere de la relación entre cualquier tipo de hombres. En el primer caso se habla de que todos los hijos de Noaj son hermanos. Por lo tanto, según la Torá todos los hombres de la tierra son hermanos.

En el segundo texto nuestro padre Yaakov dice “hermanos” a unos pastores idólatras que no tenían ningún parentesco con él ni compartían su nacionalidad.

De los cuatro términos aj es el que más exclusividad podía expresar, porque un hermano es el prójimo más cercano que tenemos. Sin embargo, es precisamente ese término que la Torá usa para decir que todos los hijos de Noaj son familia y que Yaakov usó para hablar con gente extraña.

Entonces usando la primera ley de interpretación de las Escrituras – kal va-jomer – podemos decir que si el término aj – hermano – es usado de manera universal entre todos los hombres de la tierra, ¡cuánto más el término rea – prójimo – tiene que incluir a todos los hombres y mujeres de la tierra!

Se trata de un amor universal, no limitado al grupo al cual uno pertenece.

¡Ama a tu prójimo como a ti mismo!

Ketriel