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Kedoshim 30-3 Consagrados Levítico 19:23-32 Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, tendréis por prohibido su fruto. Por tres años os será prohibido; no se comerá. Pero en el cuarto año todo su fruto os será santo, una ofrenda de alabanza al SEÑOR. (Lev. 19:23-24 LBLA) ¿Pueden las frutas dar alabanza al Eterno? Cuando la Torá empieza un pasaje diciendo: “Cuando entréis en la tierra…” se entiende que el mandamiento que viene en seguida está limitado al área de la tierra de Israel. Hay unos cuantos mandamientos que sólo son aplicables dentro de la tierra de Israel según los límites que fueron entregados en los tiempos de la conquista bajo Yehoshúa (Josué). El fruto de los árboles plantados en la tierra de Israel no se puede comer durante los tres primeros años. Hay que considerar ese fruto como un prepucio, según el texto hebreo. El cuarto año hay que entregar el fruto como una ofrenda al Eterno como alabanza. Esto nos enseña que uno puede alabar al Eterno no solamente con palabras y cantos sino también con el producto de los árboles. Las frutas pueden dar alabanza al Eterno cuando se usan correctamente. No solamente la ofrenda de las frutas al Eterno el cuarto año produce alabanza sino también a partir del quinto año cuando está permitido comerlas. Cada vez que un judío come una fruta debe hacer una bendición especial al Eterno por haber creado el fruto del árbol, si no ha hecho la bendición general sobre el pan que también incluye para todos los demás alimentos. La bendición sobre una fruta es como sigue: Baruj atá HaShem Elokeinu Melej ha-olam, Boré pri ha-ets - “Bendito eres tú HaShem nuestro Elokim Rey del mundo, Creador del fruto del árbol.” De esta manera los frutos de los árboles producen mucha alabanza al Eterno todos los días en todo el mundo. Si los frutos de los árboles han sido creados para alabar al Eterno, ¡cuánto más los hombres deben alabarle! Alaba al Eterno con todo tu ser y abre tu boca en alabanza muchas veces todos los días. La alabanza de la boca son los frutos de los labios, como está escrito en Oseas 14:2: “Tomad con vosotros palabras, y volveos al SEÑOR. Decidle: Quita toda iniquidad, y acéptanos bondadosamente, para que podamos presentar el fruto de nuestros labios.” (LBLA) Y en Hebreos 13:15 está escrito: “Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre.” (LBLA) Ketriel |