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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


BeHaalotjá 36-4

Cuando hagas subir

Números 9:15–10:10

Y el día que fue erigido el tabernáculo, la nube cubrió el tabernáculo, la tienda del testimonio, y al atardecer estaba sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana. 

(Núm. 9:15 LBLA)

¿Quién desea vivir y caminar en la nube?

El Eterno es Espíritu. La palabra hebrea para espíritu – ruaj, רוח – significa también soplo, lo cual revela algo de la característica del Eterno. Es algo que no se puede ver, pero es posible sentirlo y ver los resultados de su acción. Una nube es parecida al aire en su esencia. Tanto el viento como una nube pueden cubrir el cuerpo humano totalmente. El hombre puede estar dentro del aire, dentro del soplo del viento y dentro de una nube. El Eterno ha creado estas cosas con el fin de enseñar al hombre una de sus manifestaciones.

La presencia del Eterno se manifiesta como una nube. Una nube puede cubrir el tabernáculo y también el templo del cuerpo humano.

El pueblo del pacto aprendió a vivir y caminar cubierto por la nube de la presencia del Eterno. Esa cercanía y sensación de la presencia inmediata del Invisible es algo muy hermoso. Para el pueblo del desierto la nube era vital. Sólo bajo ella había protección contra el sol durante el día y el frio durante la noche. Sólo cuando seguían el movimiento de la nube podían caminar en la presencia divina. Bajo esa nube había comida, bebida y revelación de las palabras de vida. Bajo esa nube podían sentir la presencia de la gloria divina. ¡Qué hermosa experiencia!

Querido discípulo del Mesías, anhela y busca la presencia del Eterno, y cuando la halles, cuídate para poder permanece en ella. Camina con ella y deja que sea tu guía junto con la Torá escrita y sus explicaciones orales.

Y si algún día no la puedes notar, revisa tu vida para ver si hay pecado que impide tu relación íntima con tu Padre celestial y arregla las cuentas con él. Si no encuentras nada, deja que él te revise. Si no te muestra nada concreto sigue creyendo en su amor aunque no lo sientas, como está escrito en 1 Juan 4:16: “Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.” (LBLA)

Con todo amor,

Ketriel