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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


BeHaalotjá 36-6

Cuando hagas subir

Números 10:35–11:29

Y el pueblo comenzó a quejarse en la adversidad a oídos del SEÑOR; y cuando el SEÑOR lo oyó, se encendió su ira, y el fuego del SEÑOR ardió entre ellos y consumió un extremo del campamento.

(Núm. 11:1 LBLA)

¿Por qué la queja es tan grave?

La queja del pueblo de Israel produjo la ira del Eterno de tal manera que muchos murieron por ello. ¿Por qué la queja es tan grave? Porque viene del pecado y produce resultados desastrosos. Detrás de la queja hay un desafío que duda de la bondad del Eterno. El que se queja mancha la imagen del Eterno, que es bueno para siempre. La queja también daña la imagen del hombre y transmite un espíritu malo sobre su contorno. La queja tiene la capacidad de afectar negativamente todas las cosas de esta creación. El remedio contra la queja es la alabanza.

La queja es lo contrario de la gratitud. La falta de gratitud es el primer paso a la idolatría y al homosexualismo, que es el nivel más bajo de la caída del hombre (Rom. 1).

La queja es una expresión de la mala inclinación y la gratitud es una expresión de la buena inclinación. La gratitud es capaz de ver las cosas positivas a pesar de lo negativo, reconocerlas y alabar al Eterno por ellas. La queja sólo ve lo negativo, se molesta por ello y produce amargura y rebeldía contra el Eterno. La queja y la amargura son contagiosas. La queja impide la mano bondadosa del Eterno, la gratitud la activa. La queja produce muerte, la gratitud produce vida. La queja produce enfermedades mentales y físicas, las alabanzas producen sanidad mental y física como está escrito en Jeremías 17:14: “Sáname, oh SEÑOR, y seré sanado; sálvame y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.”

“Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y fueron destruidos por el destructor. Estas cosas les sucedieron como ejemplo, y fueron escritas como enseñanza para nosotros, para quienes ha llegado el fin de los siglos. Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.” (1 Cor. 10:10-13 LBLA)

Que el Eterno nos ayude a ver lo positivo y siempre dar gracias por ello. Así no solamente le damos lo que le pertenece sino también nos mantendremos sanos y salvos todos los días.

Estad siempre alegres,

Ketriel