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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Shelaj Lejá 37-1

Envía para ti

Números 13:1-20

 de la tribu de Efraín, Oseas, hijo de Nun… pero a Oseas, hijo de Nun, Moisés lo llamó Josué.

(Núm. 13:8, 16b LBLA)

¿Qué relación hay entre el Mesías y Efrayim?

Yehoshúa (Josué) es la forma larga del nombre Yeshúa. Moshé supo proféticamente que el nombre del Mesías sería Yehoshúa/Yeshúa y por eso puso ese nombre sobre el que iba a ser su sucesor. Este Yehoshúa hijo de Nun, vino de la tribu de Efrayim, hijo de Yosef. Esto es una señal profética de que el Mesías tenía que ser hijo de Yosef y cumplir el papel del Mesías sufriente para luego ser levantado en alto, al igual que Yosef en Egipto.

Al mismo tiempo vemos aquí una conexión interesante entre el Mesías y la tribu de Efrayim que representa las tribus dispersas y perdidas de Israel. El Mesías tiene el papel de representar y restaurar esas tribus perdidas.

Desde que vino la primera vez, el Mesías ha estado trabajando con la restauración del las tribus perdidas de manera espiritual. Las diez tribus perdidas se encuentran mezcladas entre los gentiles. Por eso cuando los gentiles reciben la salvación y empiezan a ser obedientes a los siete mandamientos que son para los descendientes de Noaj, reciben la ciudadanía celestial y de esa manera Efrayim es restaurado en el cielo y tiene un estatus muy alto.

Sin embargo, los gentiles que entran en la salvación  en el Mesías y representan a Efrayim, no son injertados en el Israel que hay en la tierra y por eso no podrán llamarse israelitas ni reemplazar al pueblo judío. Son un pueblo del Eterno compuesto por los justos de entre las naciones pero no son el pueblo del Eterno en el sentido del pueblo del pacto (de la circuncisión física). Tampoco están obligados a cumplir todos los mandamientos que son para los de la circuncisión.

La restauración física final y completa de las tribus perdidas está reservada para la segunda venida del Mesías. Entonces, según mi entendimiento, los descendientes físicos de Efrayim entre las naciones –que no habrán sido transformados en inmortales por el poder de la resurrección – serán escogidos y señalados por el Mesías y tendrán que entrar en el pacto de la circuncisión para formar parte del pueblo físico de Israel. Así serán restauradas las tribus de manera física. Estos israelitas serán mortales.

Así vemos que la restauración de Efrayim se efectúa en dos niveles, primero de manera espiritual en el cielo, por la circuncisión del corazón de los gentiles que reciben el mensaje del Mesías, y en segundo lugar con la restauración terrenal de las tribus perdidas con la circuncisión de la carne y la unión con el pueblo físico de Israel en la tierra.

Los justos de las naciones que ahora son conciudadanos en el cielo no serán parte de los restaurados físicos de las tribus porque en el momento del retorno del Mesías serán transformados en inmortales y serán los que gobernarán sobre la tierra sobre los mortales.

Así es como entiendo las Escrituras.

Shavua tov,

Ketriel