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Jukat 39-5 El estatuto de Números 20:22 – 21:9 Y el SEÑOR dijo a Moisés: Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre el asta; y sucedía que cuando una serpiente mordía a alguno, y éste miraba a la serpiente de bronce, vivía. (Núm. 21:8-9 LBLA) ¿Puede la visión influir sobre la muerte y la vida? Los hombres habían sido mordidos por serpientes venenosas que el Eterno había enviado al campamento porque habían hablado mal del maná. La murmuración y la falta de gratitud desata toda clase de peligros en nuestras vidas. Los malos espíritus tienen acceso a una persona que habla mal de los regalos que el Eterno da en su bondad. Cuando el pueblo reconoció su pecado el Eterno mostró a Moshé cómo poder sobrevivir en el momento de ser mordido por una serpiente. El secreto para la recuperación era mirar fijamente a una serpiente de cobre colgada sobre una estaca. Por mirar atentamente recibieron vida. La visión les salvó de la muerte. Esto nos enseña que lo que está delante de nuestros ojos tiene una tremenda influencia sobre nuestro futuro. Es sumamente importante lo que miramos. Lo que entra por los ojos físicos y lo que entra por los ojos espirituales tiene el potencial de matarnos o darnos vida. Cuando la mujer vio que el árbol prohibido era bueno, tomó de su fruto y murió. Cuando el pueblo vieron la serpiente de bronce recibieron vida. ¡Qué importante es fijar su mirada en lo que da vida en lugar de lo que da muerte! En Juan 3:14-16 está escrito: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en El vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (LBLA) Todo hombre ha sido dañado por el veneno del pecado y está en el camino a la muerte y la destrucción. La única solución para su supervivencia es que se fije en un milagro y ponga su fe en HaShem por medio de ese milagro. La palabra hebrea que ha sido traducida como “asta”, “poste”, es nes –נס – que significa poste, milagro, señal. La muerte de Yeshúa fue un milagro y una señal. El hijo del Hombre tenía que ser levantado de la misma manera que la serpiente de bronce. La Torá nos dio a conocer de qué manera el hijo del Hombre tenía que morir para salvar al pueblo de Israel y al mundo del pecado y de la muerte eterna. Yeshúa es la única solución final para el hombre, tanto judío como no judío. Sin él nadie se escapa de la muerte eterna. El que fija sus ojos espirituales en su muerte expiatoria será salvo eternamente. ¡Bendito sea el Eterno por el que se hizo pecado para que nosotros pudiéramos ser hechos justicia del Todopoderoso en él! Ketriel |