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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Reé 47-5

Observa

Deuteronomio 14:22-29

Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo depositarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo, y el forastero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga. 

(Deut. 14:28-29 LBLA)

¿Cuál es el resultado de dar el diezmo?

En la Torá hay dos tipos de diezmo, el primero y el segundo, los cuales suman el 19% de los ingresos totales de los productos agrícolas. El primer diezmo se entregaba enteramente a los levitas y el segundo se podía comer en Yerushalayim durante los años primero, segundo, cuarto y quinto del ciclo semanal de años. El año se cuenta de rosh hashaná a rosh hashaná. Durante el tercero y el sexto año se entregaba el segundo diezmo a los necesitados en cada ciudad, ese diezmo es llamado el diezmo de los pobres. El séptimo año es el año sabático cuando no se podía dar el diezmo de los productos agrícolas porque durante ese año todo lo que crecía en el campo era de todos.

Hoy en día no se puede entregar el primer diezmo a los levitas porque no están sirviendo en el templo. Tampoco todos los que viven en Israel se dedican a la agricultura. En lugar de eso se puede entregar el primer diezmo de todos los ingresos tanto dentro como fuera de Israel para la promoción del estudio de las Escrituras.

El diezmo de los pobres se puede entregar a los necesitados durante los años tercero y sexto de la semana de años. El segundo diezmo se puede utilizar durante el resto de los años para hacer uno o varios viajes a Israel y a Yerushalayim.

Según mi opinión, como parte de los impuestos que se pagan a las autoridades son entregados a los necesitados, se puede descontar esa parte del diezmo de los pobres. Sin embargo, el que decide no hacerlo tendrá más méritos ante el Cielo por su amor a los necesitados.

La Torá da una promesa especial a los que entregan el diezmo fielmente, que consiste en que el Eterno va a bendecirlos en toda la obra de sus manos. HaShem sabe que nuestros ingresos no siempre llegan a los gastos y que es fácil preocuparse y dudar de cómo el dinero podrá llegar. Por eso él ha dado una bendición especial al que es fiel en la entrega del diezmo. Esa bendición hace que podamos tener sabiduría a la hora de administrar el resto para que no la malgastemos en cosas innecesarias y caras sino que encontremos artículos y comida más baratos. La bendición también hace que el dinero no se pierda ni que se rompan y se gasten las cosas innecesariamente para que los gastos sean grandemente reducidos. La bendición que está sobre la obra del que es fiel en el diezmo tiene mil maneras de manifestarse.

Según entiendo, el primer diezmo es obligatorio para los escogidos de entre las naciones, y el segundo diezmo es optativo, pero conlleva una gran bendición para toda la obra de las manos del que lo entrega.

Alguien me preguntará: ¿Cómo te atreves a dar el diezmo? ¿Qué pasa si no puedes financiar tu economía? Yo le contesto: ¿Cómo te atreves a no dar el diezmo? ¿Qué pasa si pierdes la bendición del Eterno sobre tu economía?

Me atrevería a decir que si tienes problemas con tu economía es porque probablemente has sido negligente con el diezmo.

Muchas bendiciones,

Ketriel