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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Shoftim 48-6

Jueces

Deuteronomio 19:14 – 20:9

Cuando salgas a la batalla contra tus enemigos y veas caballos y carros, y pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos; porque el SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto está contigo. Y sucederá que cuando os acerquéis a la batalla, el sacerdote se llegará y hablará al pueblo, y les dirá: "Oye, Israel, hoy os acercáis a la batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón; no temáis ni os alarméis, ni os aterroricéis delante de ellos, porque el SEÑOR vuestro Dios es el que va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros."

(Deut. 20:1-4 LBLA)

¿Cuál es el remedio contra el miedo?

El temor a la muerte es el temor más fuerte que tiene el hombre. En los momentos de guerra cuando la vida está en juego de una manera especial hay motivos para temer. El miedo es contrario a la fe y al que tiene miedo le falta confianza. El miedoso es un soldado inútil y es mejor que no esté en el ejército.

HaShem sabe que el pueblo podrá ser miedoso a la hora de enfrentarse contra los enemigos más numerosos y más poderosos humanamente hablando. Por eso les envía varios mensajes de ánimo y fe para eliminar el miedo de sus corazones. El miedo es el resultado de fijarse en el peligro. Por eso los mensajes del Cielo al ejército santo les ayuda a fijarse en la fuente de su poder y victoria, el Eterno mismo.

Recuerdos de derrotas del pasado pueden producir miedo, por eso el Eterno recuerda a su pueblo la liberación más poderosa experimentada en la historia, la liberación de Egipto. El que los sacó de Egipto cuando sufrían una esclavitud desesperada, Él está con ellos. El que se ha revelado con su nombre eterno está con su pueblo contra sus enemigos para salvaros.

El que es capaz de poner estas palabras de la Torá en su corazón y fijarse en la grandeza del Eterno tendrá la plena confianza en su corazón de que como el Eterno estaba con Israel en el pasado, así seguirá estando con su pueblo porque él es fiel a su promesa.

El remedio contra el temor es confiar en las promesas del Eterno sabiendo que él está conmigo. Así que puedo decir confiadamente: “Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo” (Sal. 23:4a LBLA)

No temas, el Eterno está contigo cuando tú estás con él.

Ketriel