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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Toldot 6-2

Generaciones

Génesis 26:6-12

 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno. Y el SEÑOR lo bendijo. (Gén. 26:12 LBLA)

 

¿Cómo obtener cosechas milagrosas?

 

Yitsjak era un hombre de milagros. Su nacimiento fue un milagro, su esposa fue un milagro, el embarazo de su esposa fue un milagro y ahora obtuvo una cosecha milagrosa de cien por uno y se enriqueció muchísimo durante el tiempo de sequía (26:1). ¿Cuál era el secreto para que esa siembra pudiera dar cien por uno? Vamos a analizar algunas de las cosas más importantes de la vida de Yitsjak que condicionaban este fenómeno maravilloso contrario a todas las leyes naturales que conocemos.

-          Perdón y amor

-          Fidelidad y respeto

-          Sacrificio y entrega

-          Meditación y oración

-          Obediencia y fe

Cuando el hermanastro mayor de Yitsjak, Yishmael, se burlaba de él, éste podía haber sido muy dañado emocionalmente. Los niños pequeños son muy sensibles y pueden ser dañados emocionalmente para el resto de sus vidas, incluso desde antes de nacer. La experiencia traumática con Yishmael hizo que Yitsjak tenía que aprender a perdonar al que le había hecho daño. Fue una de sus lecciones más importantes en la vida. Cuando su padre Avraham murió Yitsjak e Yishmael se juntaron para enterrarle, señal de que Yitsjak supo perdonar y amar al que le había hecho daño.

Para obtener cosechas milagrosas hay que saber perdonar y amar de manera práctica a todos los que nos han hecho daño.

Cuando el padre de Yitsjak había recibido la orden de sacrificarlo sobre el altar, aceptaba fielmente lo que su padre estaba haciendo. A pesar de que él no había recibido la orden divina, confió en la autoridad espiritual que el Eterno había puesto sobre él. Su fidelidad y respeto a su padre es uno de los ejemplos más impresionantes en toda la Escritura.

Para obtener cosechas milagrosas hay que ser fiel y respetar las autoridades que el Eterno ha puesto sobre nosotros.

Cuando Yitsjak supo que él iba a ser el sacrificio, no resistió ni argumentó sino se entregó voluntariamente.

Para obtener cosechas milagrosas no hay que argumentar y poner resistencias ante los sacrificios que el Eterno pide de nosotros.

Cuando Yitsjak tenía tristeza por la muerte de su madre salió al campo para profundizar su relación íntima con el Eterno. Cuando vio que su esposa era estéril no se desanimaba en su oración ferviente sino siguió con insistencia durante veinte años hasta ver el resultado de su ruego.

Para obtener cosechas milagrosas hay que vivir una vida íntima con el Eterno en constante oración.

Cuando Yitsjak quiso bajar a Egipto durante la sequía, el Eterno no se lo permitió y le ordenó quedarse en la tierra. Él obedeció a pesar del riesgo de sufrir una pérdida muy grande y actuó con una fe osada al sembrar durante un año de sequía. El Eterno honró su obediencia y fe y produjo el milagro de cien por uno ese año (mea shearim מאה שערים  “cien medidas” en hebreo), de manera que el hombre se enriqueció extraordinariamente.

Para obtener cosechas milagrosas hay que seguir la voz del Eterno que va en contra de la lógica humana y actuar osadamente según lo que Él ha prometido.

Que el Eterno nos ayude a entender el camino de una vida sobrenatural.

          Shalom uvrajá – paz y bendición,

          Ketriel