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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


VaYishlaj 8-4

Y envió

Génesis 33:6-20

Adelántese ahora mi señor a su siervo; y yo avanzaré sin prisa, al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi señor en Seir. 

(Gén. 33:14 LBLA)

 

¿Cuándo llegó Yaakov a Seir?

Yaakov tenía que caminar despacio por causa de sus niños y su ganado. Él había aprendido a no forzar las cosas para no tener una pérdida considerable.

Cuando Yaakov salió de la casa de Laván tenía en su mente ir a su padre Yitsjak en la tierra de Kenaan (31:18). Pero cuando se acerca a la tierra de Kenaan no va directamente a ver a su padre, sino que se queda mucho tiempo en varios otros lugares. ¿Por qué Yaakov no fue directamente a ver a su padre Yitsjak? No lo sé. Lo que sé es que no tuvo prisa para volver a verle.

Cuando Yaakov estuvo trabajando con su tío tampoco tenía prisa. Se ofreció a trabajar siete años por una esposa y luego trabajó otros siete años por ella, y después se ofreció a trabajar otros seis años para conseguir una paga por su labor.

 Esto nos enseña que la mente de un tsadik – justo – está programada para pensar a largo plazo. Para obtener resultados duraderos hay que trabajar con firmeza y paciencia. Los logros rápidos son de corta duración como está escrito en Proverbios 20:21: “La herencia adquirida de prisa al principio, no será bendecida al final.” (LBLA)

Nuestro padre Yaakov tenía metas a largo plazo y se iba moviendo sin prisa a esas metas. Por eso sus logros fueron acertados y duraderos.

Pero ¿cuándo llegó Yaakov a su hermano en Seir según le había prometido? Nunca. Esta promesa parece ser una manera falsa de hablar para halagar a su hermano Esav. Yaakov no fue rumbo a Seir sino rumbo a la tierra de Kenáan. Entonces ¿Yaakov no era sincero al prometer a su hermano que iba para Seir? No, su palabra es una profecía para el futuro, según está escrito en Obadías 21: “Y subirán libertadores al monte Sion para juzgar al monte de Esaú, y el reino será del SEÑOR.” (LBLA)

Finalmente la promesa de nuestro padre Yaakov se cumplirá, en relación con el regreso del Mesías.

Normalmente las cosas del Eterno se consiguen a largo plazo. Aprendamos de nuestro padre Yaakov a ir poco a poco, pero con pasos firmes, para llegar a las metas que el Eterno ha puesto en nuestros corazones. No nos cansemos al no ver resultados a corto o medio plazo.

Que el Eterno nos dé paciencia y fuerzas para estar firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Eterno, sabiendo que nuestro trabajo en el Señor Yeshúa no es en vano.

          Ketriel