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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


VaYeshev 9-6

Y se asentó

Génesis 39:7-23

No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer. ¿Cómo entonces iba yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Dios? 

(Gén. 39:9 LBLA)

¿Cómo evitar la corrupción?

Cuando Yosef fue tentado a cometer adulterio con la esposa de su dueño, se mantuvo muy firme contra ella. A pesar de que ella insistía día tras día y en una ocasión estaban solos en casa, él se negó rotundamente y salió huyendo de esa mujer.

Ahora, ¿qué significa la respuesta que él dio a la mujer cuando le invitó a tener relaciones con ella? Dijo que no había nadie más grande en la casa y que el dueño no había rehusado nada excepto su esposa. Por esta razón no podía hacer una maldad tan grande y pecar contra el Todopoderoso.

En primer lugar vemos que todo pecado que se comete contra el prójimo, también se está haciendo contra el Todopoderoso. Yosef sabía que el Eterno le estaba viendo en todo momento y que toda acción iba a ser juzgado por Él. No quería ofender a su Elokim, y por eso no dejó lugar al pecado.

En segundo lugar vemos que Yosef considera el adulterio como un pecado muy grande, y es cierto, es un pecado muy grande y trae graves consecuencias incluso si alguien se arrepiente de él después de haberlo cometido.

Pero lo más destacable de su respuesta es que habla de la gran responsabilidad que había recibido. Como había recibido tanta responsabilidad no podía hacer lo que ella estaba proponiendo. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

En lugar de aprovecharse de su posición y de la confianza que su dueño le tenía, lo cual es muy común en los que tienen puestos de responsabilidad en diferentes organizaciones, consideró que por haber recibido tanta confianza tenía que administrar esa confianza correctamente y no sacar beneficio propio de su puesto. He aquí el corazón de un verdadero líder. El que tiene ese corazón es capaz de ser elevado sobra una nación porque no busca sus propios intereses sino los de los demás y sabe diferenciar entre lo que es suyo y lo que no le pertenece.

El corazón de un corrupto dice: Como he recibido tanta confianza, sacaré provecho personal de ello todo lo que pueda sin ser descubierto y avergonzado.

El corazón de un justo dice: Como he recibido tanta confianza, tendré que ser fiel. Esta actitud es digna de ser elogiada. Si todos fueran así, tendríamos un mundo maravilloso.

Sé fiel. No aproveches la posición y la confianza que te han dado para sacar provecho personal. Entiende el principio de que si eres fiel en lo poco y en lo más íntimo de tu corazón, entonces recibirás más confianza y más responsabilidad y honra. Aunque los hombres no te vean, hay miles de ojos mirándote todo el tiempo desde el mundo invisible.

La fidelidad es más valiosa que el placer y el provecho y “El SEÑOR pagará a cada uno según su justicia y su fidelidad” (1 Sam. 26:23a LBLA) “Confía en el SEÑOR, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad.” (Sal. 37:3 LBLA) Así recibirás una gran recompensa.

          Kol tuv,

          Ketriel