La tierra se encuentra en un caos, sin orden y vacía, con tinieblas y con un abismo profundo. Entonces sucede algo maravilloso. Una palabra enérgica del Todopoderoso se introduce en el desorden y crea la luz, una luz buena. Pero la luz no es enviada al caos para ser otra parte de la masa desordenada existente. La luz es enviada al mundo para confrontar el desorden. En lugar de mezclar la luz con las tinieblas para que fuera una masa gris, el Todopoderoso hace una separación muy marcada entre la luz y las tinieblas.
La separación es una de las acciones principales que son exigidas para crear un universo ordenado. ¿Qué implica esa separación? Implica hacer una clara línea divisoria entre una cosa y otra. Por lo tanto los límites fuertes, importantes, bien marcados y permanentes son una de las condiciones fundamentales para que este mundo pueda permanecer y desarrollarse. Si los límites que ha marcado el Todopoderoso fuesen borrados el mundo volvería al caos.
Este principio es válido para todo el mundo en que vivimos. Una sociedad que es dirigida por medio de límites bien marcados que dividen entre una cosa y otra, especialmente entre lo bueno y lo que no es bueno, es una sociedad que tiene buenas condiciones para permanecer y desarrollarse. Una sociedad que no tiene límites bien marcados está en el camino a la corrupción, al caos. Una sociedad de principios es fuerte. Una sociedad de impulsos es débil.