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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Bereshit 1-6

En el principio de

Génesis 5:1-24

 

Y Enoc vivió sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y Enoc anduvo con Dios trescientos años después de haber engendrado a Matusalén, y engendró hijos e hijas. El total de los días de Enoc fue de trescientos sesenta y cinco años. Y Enoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó.

(Gén. 5:21-24 LBLA)

 

¿Qué tienen en común Enoc y Elías?

Los once primeros capítulos de Génesis cubren unos dos mil años de la historia de la humanidad. Ahora han pasado casi 6000 años desde la creación de Adam. Es decir que en once capítulos escuetos de las Escrituras el Eterno nos narra la tercera parte de la historia de la humanidad. Esto nos enseña que cada palabra, cada letra y cada espacio entre las letras tienen algo importante que decirnos.

Las Escrituras no hablan mucho del profeta Enoc, Janoj en hebreo. Sólo cuatro versículos cortos en Génesis hablan de su vida. El Eterno ha optado por escribir a las generaciones futuras sólo algunas palabras sobre este personaje tan importante en su día. Por lo tanto, en estos cuatro versículos hay grandes verdades reveladas que nos ayudan a entender los tiempos del fin y ser perfeccionados para las cosas que van a venir. 

Hay tres temas principales que son revelados de la vida de Janoj, su vida familiar, su caminar con el Todopoderoso y su desaparición sobrenatural.

A los 65 años sucedió algo tan impactante en la vida de Janoj que cambió totalmente su modo de vivir. Antes no había caminado con el Todopoderoso, pero ahora empezó una relación tan íntima con el Eterno que su fin en este mundo no terminó como los demás. ¿Qué fue lo que sucedió a sus 65 años? Tuvo un hijo por primera vez en su vida. El nacimiento de su hijo Matusalén, Metushélaj en hebreo, marcó su vida para siempre. El nombre de Metushélaj significa "murieron, envió" o "su muerte, envió". Si hacemos un estudio de los años de las generaciones de estos capítulos, nos daremos cuenta de que justamente en el año de la muerte de Metushélaj vino el diluvio sobre el mundo y mató a todos menos ocho. 

En el momento del nacimiento de su hijo, Janoj, que era profeta, tuvo la revelación de lo que iba a pasar 969 años más tarde, cuando este maravilloso ser que acababa de nacer iba a morir. Esta revelación de la destrucción de casi todos los hombres de la tierra y de la tierra misma causó un impacto tan fuerte en la vida de este hombre que empezó a poner las prioridades de su vida en su orden correcto. ¿Para qué vivo yo si luego todo va a ser inundado? Mejor dedicarme a lo que tiene un verdadero sentido y lo que podrá permanecer eternamente. Después del nacimiento de su primer hijo, Janoj empezó a caminar con el Todopoderoso. 

El nacimiento de un hijo es algo muy importante en la vida de una familia. El impacto de este nuevo ser creado que ahora se introdujo en la vida de Janoj y su esposa le ayudó a acercarse al Eterno y caminar con Él. Este es el verdadero propósito con los hijos, ayudar a los padres a acercarse al Eterno y caminar con Él. Muchos ven a los hijos como un estorbo para poder realizar sus sueños u obstáculos para tener una vida placentera. Sin embargo, los hijos son regalos del Eterno dados a los padres para que puedan conocerle más y también transmitir a las siguientes generaciones las revelaciones del cielo. 

Janoj entendió su papel de padre y tomó en serio su misión como educador y guía espiritual para su familia. Después de tener a Metushélaj, siguió engendrando hijos e hijas y los prepararó para lo que iba a venir.

Cuando Janoj caminó con el Todopoderoso obtuvo revelaciones muy importantes, las cuales se pueden leer en su libro. En Judas 14-15 hay una pequeña cita del libro de Enoc sobre el juicio venidero: "De éstos también profetizó Enoc, en la séptima generación desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor vino con muchos millares de sus santos, para ejecutar juicio sobre todos, y para condenar a todos los impíos de todas sus obras de impiedad, que han hecho impíamente, y de todas las cosas ofensivas que pecadores impíos dijeron contra El." (LBLA). Esa profecía se cumplió en parte con el diluvio, pero su cumplimiento final llegará con el regreso del Mesías Yeshúa.

La tercera cosa que la Torá destaca de la vida de Janoj es su desaparición sobrenatural. Después de una vida relativamente corta, comparada con los demás de su generación y las generaciones pasadas, el Todopoderoso lo llevó. ¿A dónde lo llevó? Lo llevó al mundo celestial para que no viera la muerte, como está escrito en Hebreos 11:5: "Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuera traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios." (RV1995) Este evento constituye una figura profética de lo que pasará en los últimos tiempos cuando los santos y fieles del Eterno serán arrebatados a los aires para luego ser trasladados a Jerusalén en la tierra de Israel para allí compartir el reino mesiánico para siempre.

Ahora, si comparamos la vida del profeta Janoj con el profeta Elías, Eliyahuen hebreo, vemos una similitud en las tres áreas que hemos mencionado. De Janoj está escrito que él caminaba con el Todopoderoso. Eliyahu dijo de sí mismo que él estaba colocado delante del Eterno para servirle, (1 Rey 17:1). Ambos vivían sus vidas delante del Altísimo.

Parte del trabajo espiritual de Eliyahu cosiste en hacer volver los corazones de los padres hacia sus hijos. Con otras palabras se trata de la restauración de las relaciones familiares para que la tierra no sea totalmente destruida con la venida del juicio, como está escrito en Malaquías 4:5-6 (3:23-24 en el hebreo) "He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de J.. grande y terrible. El convertirá el corazón de los padres á los hijos, y el corazón de los hijos á los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra." (RV1909) Y también en Lucas 1:17 está dicho: "E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto." (RV1995) 

Lo tercero que podemos destacar de la vida del profeta Eliyahu es su salida sobrenatural de este mundo, como está escrito en 2 Reyes 2:11: "Y aconteció que mientras ellos iban andando y hablando, he aquí, apareció un carro de fuego y caballos de fuego que separó a los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino."

Así que ni Janoj ni Eliyahu experimentaron la muerte, ambos fueron llevados con cuerpo y alma a los lugares celestiales sin morir. 

Nuestro gran Rabino dijo que Juan el bautista, Yojanán haMatbil en hebreo, era Eliyahu, pero también dijo que Eliyahu vendría otra vez para restaurar todas las cosas (Mat. 17:11-12). Por lo tanto, antes del regreso del Mesías podremos experimentar otra vez el ministerio de Eliyahu en la tierra de Israel y el resto del mundo.

Lo cierto es que Janoj y Eliyahu están vivos. Desde los cielos han estado siguiendo, como dos testigos, el desarrollo del mundo durante miles y miles de años. ¿Pero no está establecido que el hombre tenga que morir una vez y luego ser juzgado? (Heb. 9:27) Sí, y por esto tendrán que morir tanto Janoj como Eliyahu. Probablemente estos son los dos testigos que pronto estarán profetizando en la ciudad santa durante 1260 días, (Rev. 11). Janoj es el testigo de los gentiles y Eliyahu es el testigo del pueblo de Israel. Ambos serán asesinados por la bestia, pero luego serán resucitados y llevados al cielo.

El Eterno nos está llamando a ser parte de este movimiento profético para los   últimos tiempos. Por esto es importante que tomemos en serio nuestro caminar con el Eterno y nuestra vida familiar. Así podremos estar bien dispuestos a afrontar correctamente las cosas que vendrán sobre el mundo.

Estoy esperando la aparición de Janoj y Eliyahu en cualquier momento en Jerusalén, pero me parece que no los veremos hasta que el templo haya sido reconstruido, (Rev. 11). Lo cierto es que no tardará mucho hasta que podamos unirnos con ellos y ser parte del movimiento de restauración de todas las cosas antes de la gran aparición del Mesías, nuestro amado Señor.

Que el Mesías no nos halle durmiendo cuando venga,

Ketriel