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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


MiKets 10-2

Al final

Génesis 41:15-38

José respondió a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios dará a Faraón una respuesta favorable… Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer… Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?

(Gén. 41:16, 28, 38 LBLA)

¿Por qué tanta repetición de los sueños del faraón?

Con la ayuda del Eterno Yosef dio la interpretación al faraón en el mismo momento de escuchar sus sueños. Él reconoció que esa capacidad no venía de él mismo sino del Todopoderoso. El faraón sintió en su interior que la interpretación había sido acertada porque coincidía con el impacto que el Espíritu del Eterno había dado a su espíritu. Por eso pudo reconocer el espíritu en Yosef y dijo que no había otro hombre con la presencia del Espíritu de Elokim como él.

Ahora, lo que me llama la atención en este relato es que no solamente el faraón soñó dos sueños diferentes que hablan el mismo mensaje, lo cual significa que la cosa estaba bien determinada por el Eterno y que iba a ocurrir pronto (v. 32), sino que también los dos sueños del faraón están repetidos dos veces en la Torá. ¿Por qué HaShem quiso duplicar los sueños del faraón si no era necesario contarlos más que una vez?

En esto hay un mensaje escondido para el último tiempo antes de la venida del Mesías. Hay varias claves en el texto hebreo que nos indican que los sueños del faraón no solamente son para el tiempo en que estuvo Yosef allí, sino para el futuro, en relación con la aparición del Mesías, simbolizado por Yosef de manera profética.

Los dos sueños de los oficiales hablan un mensaje codificado de la muerte del Mesías y su resurrección después de tres días. Hay muchos detalles en los dos sueños que indican esto.

Después de los tres días cuando se cumplieron los dos sueños, pasaron dos años antes de los sueños del faraón. Dos años simbolizan 2000 años, porque un día simboliza mil años en las Escrituras (Sal. 90:4; 2 Ped. 3:8). Esto nos da una indicación de que después de la muerte y resurrección del Mesías tendrán que pasar dos mil años antes de que sucedan los grandes eventos proféticos finales en el programa del Eterno para el mundo.

La frase hebrea mikets shnatayim yamim – מקץ שנתים ימים, literalmente: “al final de un par de años de días” – que aparece en el principio de este relato, da una indicación de que este texto habla proféticamente de las cosas que van a pasar al final de dos mil años. La expresión mikets – מקץ  – tiene varias implicaciones. Puede indicar que las cosas suceden después de un tiempo determinado, como en el caso de este capítulo y varios otros (Gén. 4:3; 8:6; 16:3 etc.). También puede implicar un tiempo limitado al final de un tiempo más largo, como el caso del año séptimo (Deut. 15:1; 31:10; 34:14).

En el texto hebreo está escrito en el versículo 28 que el Todopoderoso ha mostrado al faraón lo que hace osé עשה  en tiempo presente. Esto nos saca fuera del tiempo y nos coloca en un panorama más alto. Lo que hace el Todopoderoso, sin limitarlo a un tiempo específico, es lo que ha mostrado al faraón.

Juntando estas cosas, y otras cuantas evidencias de las Escrituras, podemos llegar a la conclusión que lo que pasó durante los días de Yosef pasará otra vez, dos mil años después de la muerte y resurrección del Mesías Yeshúa, hijo de Yosef, para que el segundo relato que la Torá hace de los sueños del faraón tengan una razón de ser.

Querido discípulo del Mesías, prepárate mentalmente, espiritualmente y físicamente para pasar por los siete años de gran tribulación que vendrán sobre todo el mundo durante los últimos años previos a la llegada del Mesías, nuestro libertador.

Según entiendo las Escrituras y según tengo testimonio en mi espíritu, la enseñanza de un rapto pre-tribulacional para una supuesta iglesia gentil es falsa. El Mesías tiene solamente una congregación y está compuesta en primer lugar por judíos y también por no judíos que se han unido con los judíos. No existe un pueblo santo separado de Israel. Por lo tanto, los que viven y son del Mesías tendrán que pasar por la gran tribulación, como está escrito en Mateo 24:21-31 y Marcos 13:19-27. El arrebatamiento está mencionado en Mateo 24:31 y Marcos 13:27 y ocurrirá después de la gran tribulación en los últimos tiempos. El arrebatamiento será solamente al aire – no más allá del sol – según 1 Tes. 4:17, y con el propósito de reunir a los santos de los cuatro confines del mundo para que puedan bajar y estar con el Mesías en la ciudad de Yerushalayim terrenal durante los mil años de su reinado mundial.

          Que nadie nos engañe de ninguna manera.

          Ketriel