Por lo tanto, lo que había detrás del duro trato no era odio, rencor, venganza, sadismo, afán por mostrar su poder o algo por el estilo, sino amor. Por amor a sus hermanos les quiso ayudar a completar su arrepentimiento con actos concretos. Y cuando vio que no estaban dispuestos a dejar a Binyamín sólo en la cárcel y hacer sufrir a su padre por la pérdida del hijo de Rajel, algo muy semejante a lo que había pasado antes, se dio a conocer.
En ese momento su rectificación se había completado y mostraban con sus hechos que estaban arrepentidos de lo que habían hecho con Yosef. Esto era suficiente para que se diera a conocer ante ellos.
De esto aprendemos que a veces tenemos que pasar por tratos duros por las autoridades que el Eterno ha puesto sobre nosotros. Incluso podemos experimentar que el Eterno mismo y el Mesías nos están hablando duramente. Esto no es por falta de amor o porque nos rechazan, sino todo lo contrario. El que el Eterno ama disciplina de una u otra manera para que pueda ser purificado de las cosas que no son agradables y llegar a la perfección.
Que el Eterno nos ayude a arrepentirnos completamente y hacer rectificación por daños que hemos hecho a otras personas.
Bendiciones,
Ketriel