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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


VaYigash 11-1

Y se acercó

Génesis 44:18-30

Y respondimos a mi señor: "Tenemos un padre ya anciano y un hermano pequeño, hijo de su vejez. Y su hermano ha muerto, así que sólo queda él de los hijos de su madre, y su padre lo ama."… el uno salió de mi lado, y dije: 'Seguro que ha sido despedazado', y no lo he visto desde entonces. 

(Gén. 44:20, 28 LBLA)

¿Cuál es la debilidad de la mentira?

Los hermanos de Yosef habían presentado la ropa de Yosef manchada de sangre a su padre para que aparentara que había sido despedazado por una fiera. En ese momento no dijeron claramente que Yosef había muerto, sino dejaron que Yaakov sacara su propia conclusión (37:32-33). Yaakov dijo que había sido despedazado por una fiera. Sin embargo, 22 años más tarde Yaakov no estaba tan seguro de que Yosef estaba muerto al añadir que no lo había visto desde entonces. Esto nos muestra que Israel había dejado una pequeña puerta de esperanza abierta en cuanto a su hijo. Las promesas que había recibido del Eterno y los sueños que Yosef había tenido y que Israel había guardado en su corazón, habían creadi esa pequeña chispa de luz en su alma dolorida.

Sin embargo, los hermanos se habían acostumbrado al lenguaje de la mentira, al decir que Yosef estaba muerto. Lo mismo vemos en la reprensión de Reuvén en 42:22b donde dice: “Ahora hay que rendir cuentas por su sangre.” (LBLA) Los hermanos sabían que Yosef estaba vivo cuando lo vendieron como esclavo, pero escogieron la mentira y se acostumbraron a ella. Cuando uno repite una mentira muchas veces, al final la mente se acostumbra con ella y muchas veces la misma mente opta por creer en la mentira, aún sabiendo que es mentira, porque quiere que sea así.

Pero hay una debilidad grandísima de la mentira – la realidad misma.

Aquí tenemos un hombre, Yehudá, junto con sus hermanos, que todos habían elegido creer en la mentira y suprimir la verdad, hablando de Yosef como muerto, y lo estaba haciendo en la misma cara del “muerto”. La realidad tenía mucha más fuerza que la mentira que había invadido las mentes de los hermanos. Esa mentira no tenía ningún poder ante la realidad. Sólo hacía falta que Yosef se diera a conocer, hablándoles en hebreo fluido de los asuntos familiares íntimos, para que la mentira que había sido creída durante tantos años cayera a tierra y muriera una vez por todas.

Lo mismo pasará con muchas mentiras creídas en el mundo. La mentira del ateísmo caerá cuando el Todopoderoso se manifieste. La mentira de la evolución caerá. La mentira del socialismo-comunismo caerá. La mentira de un nuevo Israel caerá. La mentira del Islam caerá. La mentira de Palestina caerá. La mentira de la ocupación Israelí caerá. La mentira del nuevo orden mundial caerá.

Y lo más glorioso de todo será cuando caiga la mentira que se ha creído en el pueblo judío de que Yeshua está muerto, cuando el Mesías resucitado se manifieste en gloria como el hermano y salvador de los judíos. ¡Ese día se está acercando!

Que el Eterno nos ayude a no creer en las mentiras que se están creyendo en el mundo.

Shavua tov,

Ketriel