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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Yitró 17-7

Yitró

Éxodo 20:18-26 (15-23 heb.)

Y respondió Moisés al pueblo: No temáis, porque Dios ha venido para poneros a prueba, y para que su temor permanezca en vosotros, y para que no pequéis.

(Éx. 20:20 LBLA)

¿Temer o no temer? Esa es la pregunta.

Después de la manifestación tremenda que hubo en el monte Sinai, el pueblo tenía mucho temor del Eterno. Un temor de muerte les había inundado de manera que ya no querían escuchar la voz audible del Eterno desde el cielo.

Por eso Moshé les dijo que no temieran, pero en la misma oración dice que el Eterno había venido con estas manifestaciones impresionantes para producir un temor permanente en ellos a fin de guardarlos del pecado. En el texto hebreo aparece la misma palabra las dos veces. Por un lado no debían temer, pero por el otro lado tenían que temer siempre para no pecar.

Esto nos enseña que hay dos tipos de temor y que también hay un equilibrio que uno debe tener en cuanto al temor al Eterno.

Si hablamos de dos tipos de temor, podíamos explicarlos con dos palabras diferentes, miedo y respeto. No es bueno tener miedo del Eterno puesto que él es amor y el amor echa fuera el miedo. Por otro lado hay que tenerle tanto respeto que casi se convierte en pavor.

Temer sí, pero sin temor.

Que el Eterno infunda mucho temor en nuestros corazones para que no pequemos, y que no tengamos nunca temor de acercarnos a Él como nuestro Padre celestial.

          ¡Shabat shalom!

          Ketriel