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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Mishpatim 18-1

Decretos

Éxodo 21:1-19

El que hiera a alguien, haciéndolo así morir, él morirá. Pero el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré el lugar al cual ha de huir.

(Éx. 21:12-13 RV1995)

¿Quién dirige las circunstancias?

En este decreto social aprendemos una de las verdades más importantes. Por encima de todo lo que sucede hay Uno que gobierna y dirige. Si una persona causa la muerte de otra sin querer, es porque el Todopoderoso hizo que eso sucediera. Se puede discutir si el Eterno lo hizo activamente –causándolo directamente– o pasivamente –dejándolo pasar. Pero al fin y al cabo es lo mismo. Cuando el Eterno permite que pase algo, entonces él es el causante de ello, directa- o indirectamente.      

No importa si contamos con la verdad acerca del reino de tinieblas que hay en los aires, dirigido por satanás y sus ángeles rebeldes. Si satanás lo hizo, es porque el Eterno le dio el permiso. Satanás no puede hacer nada fuera del área que el Eterno ha marcado para él. Él tiene el derecho de actuar donde hay desobediencia a los mandamientos del Eterno, pero es porque el Eterno le ha dado esa autoridad. Si satanás opera en la vida de alguien es porque ha recibido autoridad para ello de lo más alto.

No hay dos poderes paralelos en el cielo, uno bueno y uno malo, que se pelean entre ellos. Hay que deshacerse de este tipo de dualismo. Hay un solo Gobernante en el cielo y Él manda sobre todo, incluso sobre el mundo de tinieblas. No hay nada que ocurre en el mundo invisible o en el mundo visible que no esté vigilado y controlado por Él. El tiene pleno control sobre toda su creación, incluso la que se ha rebelado contra él.

Si sucede algo en nuestras vidas por accidente, es porque detrás hay causas. A veces no entendemos todas las causas que generan los sucesos negativos. Puede ser por nuestra desobediencia, negligencia, actitudes erróneas o por ser parte de contextos que atraen lo malo. Pero también puede ser para evitar males peores en el futuro, para enseñarnos verdades importantes, para pulir nuestro carácter, para inducirnos a buscarle o para guardarnos del pecado. HaShem tiene mil razones para dejar pasar cosas negativas en nuestras vidas.

Pero si echamos la culpa sobre el diablo, estamos creando dos dioses en nuestras mentes y entonces caemos en un tipo de idolatría.

Este texto nos enseña que satanás no es el último causante de un accidente de muerte de una persona, sino el Altísimo. Aprendamos la lección de que tenemos un solo Elokim que gobierna sobre absolutamente todo.

          Encomienda tu vida en Sus mandos y tus caminos tendrán éxito.

          Shavua tov – buena semana,

          Ketriel