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El Mana de la Tora por Dr Ketriel Blad


Noaj 2-5

Descanso

Génesis 9:8-17

Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que hago entre yo y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por todas las generaciones: pongo mi arco en las nubes y será por señal del pacto entre yo y la tierra.

(Gen 9:12-13 LBLA)

¿Qué implicaciones tiene hoy en día el pacto entre el Eterno y Noaj?

Un pacto es el lazo más fuerte que existe entre dos o varias partes. En un pacto hay privilegios y condiciones para todos los implicados. Después del diluvio el Eterno estableció un pacto con Noaj y sus descendientes para todas las generaciones futuras. Todos los hombres son hijos de Noaj, así que este pacto es válido para todos los hombres de la tierra.

Más adelante el Eterno hizo varios pactos más con los hijos de Israel. No obstante, es importante recordar que un pacto posterior no puede anular un pacto anterior.

En el pacto con Noaj hay una bendición para todos los hombres (9:1). El Eterno se compromete a proteger a los hijos de Noaj para que no haya nunca más diluvio sobre el mundo. La señal del pacto es el arco iris.

Las condiciones del pacto para Noaj y sus hijos han sido descifradas por los rabinos mediante la deducción lógica de este texto. Son conocidas como las siete leyes de Noaj, la misma cantidad que los colores del arco. Estas siete leyes son normas principales y son obligatorias para todos los hombres en todas las generaciones.

Son las siguientes:

1.      Prohibido cometer idolatría.

2.      Prohibido blasfemar.

3.      Prohibido asesinar.

4.      Prohibido fornicar (tener relaciones sexuales ilícitas).

5.      Prohibido hurtar.

6.      Prohibido comer sangre o partes de un animal vivo.

7.      Obligatorio establecer cortes de justicia que regulen la conducta de los hombres según las seis primeras normas.

El Eterno no le dio al hombre permiso para comer animales hasta después del diluvio. Cuando se habla de animales limpios e impuros antes del diluvio no se trataba de animales aptos o no para comer, sino animales ritualmente puros que servían para ser ofrecidos al Eterno. En Génesis 9:3 vemos que el Eterno dio permiso a Noaj y a sus hijos para comer todo tipo de animales, sin hacer distinción entre animales puros e impuros.

Más adelante, cuando el pueblo de Israel fue apartado de entre las naciones para ser una nación sacerdotal a favor de las demás naciones, el Eterno restringió la comida animal para ellos. Así que para los hijos de Israel hay una diferencia en cuanto a la dieta comparado con el resto de las naciones. Un hijo de Noaj puede comer toda clase de animales, pero los hijo de Israel no puede comer animales ritualmente impuros.

Querido discípulo del Mesías, comprométete a no solamente cumplir estas normas dadas en el pacto de Noaj, sino enseñarlas a otros porque son para todos los hombres. Así contribuirás para que el mundo sea mejor.

Que el Eterno te dé fuerzas para ser fiel,

Ketriel