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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Tetsavé 20-3

Mandarás

Éxodo 28:31-43

Y estará sobre Aarón cuando ministre; y el tintineo se oirá cuando entre en el lugar santo delante del SEÑOR, y cuando salga, para que no muera.

(Éx. 28:35 LBLA)

¿Quién no morirá?

El servicio en el santuario terrenal era sumamente importante. La presencia del Eterno no es solamente una gloria maravillosa sino también un fuego consumidor. Es muy importante saber acercarse al Eterno de manera correcta porque en su presencia no puede haber ningún pecado. El pecado no mora en él ni puede morar en su presencia. Por eso los sacerdotes que servían en la sombra del cielo corrían el riesgo de morir en el caso de no cumplir con las normas de conducta correctas que existen en la Casa del Eterno. El que no cumple las normas expone su vida a la muerte. La presencia del fuego consumidor del Eterno es sumamente peligroso para el pecador. Pecado es no cumplir las normas.

El Eterno instruyó a Moshé acerca de cómo poder tener Su presencia en medio de los hijos de Israel y cómo poder servirle de manera segura, para no morir.

Una de las cosas que el sumo sacerdote tenía que hacer era vestir un manto con granadas de tela y campanillas de oro todo alrededor en el borde inferior. Las campanillas de oro tenían que sonar todo el tiempo cuando él se movía. Esto era necesario para que no muriera en la presencia del Eterno al entrar y salir de allí.

Esto nos enseña que no se puede venir ante el Eterno de cualquier manera. Hay normas muy estrictas para poder estar cerca de Él. Cuanto más cerca de Él estemos, más disciplina y más normas son requeridas.

Ahora, el texto hebreo no dice “para que no muera”, aunque eso sea la interpretación correcta en el sentido simple – en hebreo pshat,פשט  – del texto. El texto hebreo dice literalmente: “y no morirá” – ve-lo yamut, ולא ימות. Mientras que Aharón estaba sirviendo en el lugar santo con el sonido de las campanillas de oro en sus vestiduras él no podía morir.

Esto nos lleva a pensar en el Sumo Sacerdote celestial que no puede morir. Después de ser levantado de entre los muertos recibió una vida indestructible, la que es el fundamento mismo para su ministerio sacerdotal celestial, y él no puede morir. El está sirviendo día y noche en el lugar santo en el templo celestial y no morirá.

Esa vida eterna e indestructible de la resurrección será dada a todos los que confían en él. Todos los que son del Mesías serán resucitados para la misma vida indestructible en su segunda venida.

          ¡Bendito sea el Eterno por la vida eterna que está en el Mesías Yeshúa!

          Ketriel