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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Vayikrá 24-2

Y llamó

Levítico 1:14 – 2:6

Cuando alguien ofrezca una ofrenda de cereal como ofrenda al SEÑOR, su ofrenda será de flor de harina, sobre la cual echará aceite y pondrá incienso. Entonces la llevará a los sacerdotes hijos de Aarón; y el sacerdote tomará de ella un puñado de la flor de harina, con el aceite y con todo su incienso. Y el sacerdote la quemará como memorial sobre el altar; es ofrenda encendida de aroma agradable para el SEÑOR. El resto de la ofrenda de cereal pertenece a Aarón y a sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas encendidas para el SEÑOR.

 (Lev. 2:1-3 LBLA)

¿Cómo se puede aplicar el principio de la ofrenda de cereal de manera personal?

El sacrificio de olá (ascensión, holocausto) se da de animales. Estos animales representan la vida del hombre. Cuando se entrega un animal para ser quemado enteramente se está dando un mensaje a HaShem: “Yo te pertenezco enteramente”. La ofrenda de ascensión representa nuestra entrega total.

El sacrificio de minjá (ofrenda de cereal) se da de los productos agrícolas. Estos productos representan el trabajo del hombre. Cuando entregamos estos productos a HaShem estamos diciendo: “Mi trabajo te pertenece enteramente”. La oblación representa nuestro servicio a HaShem.

Mientras que la ofrenda de ascensión no es comida, la mayor parte de la oblación es comida por los sacerdotes. Sólo un puñado de harina es ofrecido en el altar junto con todo el incienso. Esto nos enseña que el servicio que hacemos para HaShem es expresado principalmente por medio nuestro servicio a los líderes que él ha puesto sobre nosotros.

El incienso representa la oración y la alabanza a HaShem, (cf. Sal. 141:2, Rev. 5:8). El hecho de que todo el incienso tiene que ser ofrecido a HaShem nos enseña que no podemos dar la alabanza suprema u orar a los hombres, sino sólo al Padre.

No se puede servir a HaShem sin servir a los hombres, y especialmente los líderes que HaShem ha puesto, como está escrito en 2 Corintios 8:5: “y esto no como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.” (LBLA) Primero se dieron al Señor, lo cual es el sacrificio de olá, de entrega total, a HaShem. Luego se dieron a los emisarios, los líderes, que HaShem había puesto sobre ellos. No puede haber una entrega total a HaShem sin un servicio y sometimiento a los líderes que Él ha puesto.

El Padre busca adoradores. Un adorador es uno que se ha entregado enteramente a Él, que ha pasado por la experiencia de la olá. Sólo el que pasa por la olá puede luego servir a HaShem con sus obras. Por eso la olá es presentada antes que la minjá. HaShem busca corazones entregados y dispuestos a hacer su voluntad.

Querido discípulo. ¿Has entregado tu corazón a HaShem? ¿Eres completamente suyo? ¿Estás reteniendo algo de tu vida para no ser entregado a tu Padre? ¿Has dado un sacrificio de olá de ti mismo? En tal caso podrás servirle correctamente. Si no, tus obras y tu servicio a HaShem no van a ser totalmente agradables para él.

No es lo mismo servir y obedecer al Padre sin una relación con el Padre, que hacerlo a base de una relación. La diferencia entre estas dos cosas no se ve por fuera, tiene que ver con el corazón, con la actitud interior. Lo más importante es nuestra relación con nuestro Papá celestial y con su hijo Yeshúa el Mesías, enviado por Él. En esa relación está la vida máxima, la vida eterna, como está escrito en Juan 17:3: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Yeshúa el Mesías, a quien has enviado.” (LBLA revisada)

          Kol tuv,

          Ketriel