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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Tazría 27-6

(Ella) concebirá

Levítico 13:38-54

Permanecerá inmundo todos los días que tenga la infección; es inmundo. Vivirá solo; su morada estará fuera del campamento.  

(Lev. 13:46 LBLA)

¿Por qué el afectado tendrá que vivir solo?

Las Escrituras enseñan que una de las causas más importantes de la plaga de tsaráat es la crítica, la lashón hará, la mala lengua. Una persona necesita compañía para poder transmitir su crítica. Para evitar que la persona que critica y que ha sido afectada con esta plaga siga haciendo daño con su lengua, no sólo tendrá que vivir fuera del campamento, sino también solo. La razón es para que aprenda a no seguir criticando y de esa manera la raíz del problema de su enfermedad es tratada.

En este texto hay una esperanza de restauración. Mientras tenga la infección permanecerá ritualmente impuro y tendrá que vivir solo. Pero cuando la infección desaparezca podrá ser limpiado y restaurado en la sociedad y tendrá acceso al tabernáculo de nuevo.

Las Escrituras revelan que muchas enfermedades son causadas por pecados. Esto no significa necesariamente que la persona afectada sea la culpable directa de su enfermedad. Puede que sí, y entonces necesita revisar su vida y preguntarse dónde está fallando al Eterno para que le haya venido esa enfermedad.

Por otro lado hay consecuencias colectivas sobre grupos de personas que viven en desobediencia a los mandamientos del Eterno y eso trae maldición sobre todo el grupo. Entonces la maldición podrá causar enfermedades en uno o varios miembros del grupo, sin que esos individuos sean más pecadores que los otros. Sólo el hecho de pertenecer a ese grupo hace que uno más accesible a las enfermedades. Algunos cuerpos son más sensibles que otros y no es necesario que la persona enferma sea la culpable directa de su enfermedad.

Tenemos el ejemplo de Acán en Josué capítulo 7 que robó de lo anatema. Por su causa vino la derrota sobre todo el pueblo y muchos hombres murieron por su pecado. Ellos no eran culpables, pero pertenecían a un grupo de personas que había sido alcanzado por la maldición por el pecado de uno de sus miembros.

Lo cierto es que el Eterno promete proteger el pueblo de Israel de toda enfermedad cuando guarda los mandamientos (Ex. 15:26; Deut. 7:15) y promete enviar plagas y enfermedades cuando su pueblo quebranta los mandamientos (Lev. 26; Deut. 28).

Esto nos enseña por un lado que hay sanidad en el Eterno para todas nuestras enfermedades  (Sal. 103:3), y especialmente por medio de la obra redentora en el Mesías Yeshúa (Isa. 53:4-5). Por el otro lado nos enseña que hay que buscar las causas de las enfermedades en sí mismo y en el grupo de personas al que uno pertenece para poder ir al Eterno en oración y recibir el perdón y la sanidad. Si tratamos con las raíces buscando las causas de las enfermedades, podremos vivir vidas sanas y así cumplir el propósitos de nuestras vidas con cuerpos sanos.

Que el Eterno derrame revelación para que podamos ver la raíz de los problemas y nos dé gracia para poder arrepentirnos de los pecados personales y colectivos para poder obtener sanidad en el alma y sanidad en el cuerpo, por los méritos del Santo y Justo Mesías Yeshúa.

Kol tuv

Ketriel