¿Puede una persona ritualmente impura acercarse al Eterno?

Cuando el Eterno dio estas leyes de impureza ritual no solamente habló con Moshé rabenu, sino también a Aharón hakohén (cf. Lev. 13:1; 14:33; 15:1), porque Aharón representa al santuario de manera especial. Las leyes de impureza ritual tienen que ver con el comportamiento estricto que el pueblo tiene que tener cuando la shejiná está en el tabernáculo terrenal. Aunque no es fácil entender la razón por la que se produce la impureza ritual podemos encontrar un denominador común. Todos los casos tienen que ver con la muerte de una u otra manera.

El Eterno es un Elokim vivo y por eso la muerte es lo que produce la impureza ritual. Los animales impuros no producen impureza ritual cuando están vivos. La plaga de tsaráat es una enfermedad que causa la muerte en el hombre si no es sanado. El cadáver de una persona es la fuente principal de impureza ritual. Cosas relacionadas con la muerte producen impureza ritual.

En este texto aprendemos que las enfermedades en los aparatos reproductores producen impureza ritual. Estas enfermedades también son un paso hacia la muerte, porque el resultado de una de ellas puede ser que el hombre no pueda reproducirse. Si no puede tener hijos, la raza humana se extingue con el tiempo.

Uno que está ritualmente impuro no puede entrar en el tabernáculo, y de esa manera tendrá que mantenerse lejos de la presencia manifestada del Eterno. Si se acerca en estado de impureza no sólo corre el riesgo de ser dañado por el fuego del Eterno, sino también transmitiría su impureza a las cosas sagradas en el santuario, para no hablar de la carne sagrada que podrá comer allí. Por lo tanto todo impuro tenía que estar fuera del tabernáculo.

La pregunta surge ¿podrá una persona ritualmente impura orar? Claro que sí que puede orar en su estado de impureza. En caso contrario una mujer tendría que dejar de orar durante todos los días de su impureza menstrual. Tenemos que orar todos los días y acercarnos al Eterno en el espíritu. Pero cuando el templo sea construido en Yerushalayim de nuevo, no podríamos entrar en él en estado de impureza ritual.

Ahora, a partir de la venida del Mesías y su resurrección se abrió un nuevo camino para servir al Eterno en el culto celestial según el orden de Malki-Tsedek, y a pesar de que el cuerpo pueda estar en impureza ritual es posible entrar en el santuario en el cielo en el espíritu y estar cerca del Eterno. Es posible adorar desde lejos (Ex 24:1) con los cuerpos impuros, pero desde cerca en el espíritu.

Pero estoy convencido de que el Eterno se place más de nosotros si procuramos mantener nuestros cuerpos ritualmente limpios lo más que podamos a pesar de que no tenemos el tabernáculo entre nosotros, y especialmente porque en el Mesías nuestros cuerpos son templos para el Espíritu de santidad.

Kol tuv,

Ketriel