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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Ajarei mot 29-2

Después de morir

Levítico 16:18-24

Tomará además de la sangre del novillo y la rociará con su dedo en el lado oriental del propiciatorio; también delante del propiciatorio rociará con su dedo siete veces de la sangre. 

(Lev. 16:14 LBLA)

¿Qué relación hay entre rociar la sangre siete veces y el Mesías?

En cuatro ocasiones diferentes la Torá habla de rociar sangre siete veces. Las cuatro son:

1.      Cuando se presenta una ofrenda por la culpa

a.       por el pecado del sacerdote ungido (Lev. 4:6)

b.      por el pecado de toda la congregación de Israel representada por la asamblea de ancianos (Lev. 4:17)

2.      Cuando se hace la purificación de tsaráat

a.       para el que tiene suficientes medios (Lev. 14:16)

b.      para el que no tiene suficientes medios (Lev. 14:27)

c.       para una casa (Lev. 14:51)

3.      Cuando se presentan ofrendas por el pecado el día de yom hakipurim

a.       por el pecado de la familia del sumo sacerdote y su casa (Lev. 16:14)

b.      por el pecado de toda la nación de Israel (Lev. 16:15)

c.       por las impurezas rituales de los hijos de Israel (Lev. 16:19)

4.      Cuando se sacrifica la vaca roja para la purificación ritual de los que han tocado cadáveres (Núm. 19:4)

Los cuatro tipos de rociamiento hablan de la redención celestial que se produjo con la muerte y resurrección del Mesías.

1.      La muerte del Mesías quita nuestra culpa en el cielo (Mat. 26:28; Ef. 1:7; 1 Juan 1:7; Rev. 1:5).

2.      El Mesías tomó la “lepra” del pecado y fue purificado en el cielo (Isa. 53:4; Zac. 3:3-4).

3.      La sangre del Mesías fue rociada en el tabernáculo celestial para limpiarlo y crear un camino hasta el propiciatorio, el trono celestial (Heb. 9:23, 12,14; 10:19-22).

4.      La sangre del Mesías fue rociada hacia el Eterno fuera del campamento para crear un medio celestial de purificación de toda impureza producida por la muerte, para que podamos entrar en el santuario celestial (Heb. 4:14-16).

El número siete habla de que el rociamiento de la sangre del Mesías es válida no solamente para todos los días de la semana sino también para los siete mil años de pecado entre los hombres desde Adam hasta que vengan los nuevos cielos y la nueva tierra donde morará la justicia. La presentación del sacrificio del Mesías en el cielo cubre toda la historia pasada, presente y futura.

¡Bendito sea el Eterno por la sangre del Mesías que fue rociada en el cielo a nuestro favor!

Ketriel