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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Lej Lejá 3-6

Ve por ti

Génesis 15:7 – 17:6

El ángel del SEÑOR añadió: Multiplicaré de tal manera tu descendencia que no se podrá contar por su multitud. El ángel del SEÑOR le dijo además: He aquí, has concebido y darás a luz un hijo; y le llamarás Ismael, porque el SEÑOR ha oído tu aflicción.

(Gén. 16:10-11 LBLA)

¿Es Yishmael una bendición o una maldición?

 

En este texto encontramos una expresión que ha sido traducido como: “He aquí, has concebido” – en hebreo hinaj hará הנך הרה. Exactamente la misma expresión se encuentra en Jueces 13:5a donde está escrito acerca del nacimiento de Sansón: “Pues he aquí, concebirás y darás a luz un hijo.” (LBLA) Por esta razón Rashí deduce que aquí no se trata de que Hagar ya había concebido, sino que concebiría. Pero ¿no dice la Torá anteriormente que ya había concebido? (v. 4) Sí, Hagar ya había concebido antes. Esto da pie a interpretar el texto como que Hagar había tenido un aborto. Ahora el ángel le dijo que volviera a Sará y se sometiera debajo de ella. De esa manera concebiría otra vez.

Es obvio que el Eterno quiso que Hagar tuviera un hijo por medio de Avraham avinu. El Eterno quiso multiplicar su descendencia de manera que no se podría contar. Esa descendencia es hoy en día el pueblo árabe.

También otros textos nos muestran que el nacimiento y la bendición de Yishmael (Ismael) es parte del plan del Eterno. El nacimiento de Yishmael no fue una maldición, sino una bendición. Avraham amaba a su hijo Yishmael y rogó por él delante del Eterno. El Eterno le contestó y prometió bendecirle como está escrito en Génesis 17:18, 20: “Y dijo Abraham a Dios: Te ruego que Ismael viva delante de ti. … Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y le multiplicaré mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una nación grande.” (LBLA)

La Torá está muy clara en revelarnos el deseo y plan del Eterno de bendecir y multiplicar a Yishmael. Es cierto que el pacto fue establecido no con Yishmael sino con Yitsjak, y que por medio de Yitsjak es la descendencia de la promesa, pero esto no quita el hecho de que Yishmael tenga un papel importante en el mundo y específicamente en los últimos tiempos.

Es también cierto que los árabes han hecho mucho daño a su hermano menor, el pueblo judío, y siguen haciéndolo todos los días. Pero hay que entender que detrás de los ataques de los árabes está la mano del Eterno. Por causa del pecado en el pueblo judío el Eterno utiliza a los árabes como nuestros enemigos para dañarnos. El propósito de esto es que él quiere que volvamos de nuestros pecados y le busquemos a él con todo nuestro corazón y con toda nuestra fuerza cumpliendo sus mandamientos, para que haya paz en la tierra de Israel y el mundo. El árabe cumple con una misión divina.

Ahora el Eterno lo está utilizando para disciplinar a Su pueblo escogido, pero el futuro será muy diferente. El pueblo árabe dejará su dios falso y se volverá al Verdadero, el Elokim de Israel, el Elokim de los judíos, el Eterno, Creador de los cielos y de la tierra, que hizo un pacto con Yitsjak. Por medio del reconocimiento de la bendición que viene por medio de Yitsjak y el pueblo judío y de la simiente bendita de David, el Mesías Yeshúa, los árabes serán sumamente elevados y millones de ellos compartirán la vida el mundo venidero, como está escrito en Isaías 19:22-25: “Y el SEÑOR herirá a Egipto; herirá pero sanará; y ellos volverán al SEÑOR, y El les responderá y los sanará. Aquel día habrá una calzada desde Egipto hasta Asiria; los asirios entrarán en Egipto y los egipcios en Asiria, y los egipcios adorarán junto con los asirios. Aquel día Israel será un tercero con Egipto y con Asiria, una bendición en medio de la tierra, porque el SEÑOR de los ejércitos lo ha bendecido, diciendo: Bendito es Egipto mi pueblo, y Asiria obra de mis manos, e Israel mi heredad.” (LBLA)

Hagar era egipcia y es llamada “la egipcia” (21:9). Por eso Yishmael es una unión entre Egipto y Avraham nuestro padre. Los descendientes de Yishmael se mezclaron entre muchos otros pueblos y hoy en día podemos decir que el pueblo árabe, con Egipto en la brecha, es la descendencia de Yishmael. Cuando el Islam sea quebrado, Yishmael se humillará y buscará el Eterno. Y él responderá y los llamará: “Egipto mi pueblo”. ¡Qué día más glorioso será!

Así que, el Eterno quiso tener un pueblo grande descendiente de Yishmael, y por eso el ángel envió a Hagar de vuelta a Avraham y Sará para que concibiera de nuevo y tuviera un hijo, no un hijo de la promesa, pero sí, un hijo de mucha bendición.

No veamos a los árabes en su situación actual bajo la maldición del islam. Fijemos nuestras miradas en su futuro cuando el Eterno intervenga en el mundo árabe de una manera maravillosa. Entonces veremos más claramente que el nacimiento de Yishmael no fue un error, sino parte de un plan divino importante para el mundo actual y el mundo venidero. No dejes de orar por la salvación del pueblo árabe. Su salvación vendrá de los judíos (Juan 4:22).

Que veas la paz sobre Israel y la bendición sobre todo el mundo,  

Ketriel