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Emor 31-1 Di Levítico 21:1-15 Mujer ramera o infame no tomarán; ni tomarán mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios. Y lo santificarás, porque el pan de tu Dios ofrece; santo será a ti, porque santo soy yo el SEÑOR vuestro santificador. (Lev. 21:7-8 SSE) ¿Hay diferentes niveles de santidad? Los hijos de Israel fueron apartados de entre las naciones para ser más santos que ellos. Los levitas fueron apartados del resto de las tribus para ser más santos que ellas. Los hijos de Aharón hakohen fueron apartados de los levitas para ser más santos que ellos. El sumo sacerdote fue apartado del resto de los sacerdotes para ser más santo que ellos. Ser santo no significa ser mejor. Ser santo no significa no tener pecado. Ser santo no significa ser favorito. Ser santo no significa tener el derecho de aprovecharse de su posición. Santidad tiene que ver con mayor responsabilidad. Santidad tiene que ver con obediencia. Santidad tiene que ver con mayor sacrificio. Santidad tiene que ver con pagar un precio más alto. Santidad tiene que ver con una posición superior. Santidad tiene que ver con límites marcados. Santidad tiene que ver con cercanía. Los mandamientos santifican a una persona. Cuántos más mandamientos tenga para cumplir mayor es su llamado a la santidad. Los hijos de Israel y los redimidos de entre las naciones tienen más mandamientos que el resto de las naciones. Los levitas tienen más mandamientos que las demás tribus. Los sacerdotes tienen más mandamientos que los levitas. El sumo sacerdote tiene más mandamientos que todos y por eso él es el más santo para el Eterno y para el pueblo, el más distinguido, el más separado, el más responsable, el más elevado y el más privilegiado. Un judío no tiene permiso para casarse con una mujer que no es judía. Un creyente en el Mesías no tiene el permiso para casarse con una no creyente en el Mesías. Un sacerdote no puede casarse con mujeres que hayan practicado la fornicación, que hayan nacido de una relación prohibida, que sean divorciadas o convertidas. Esto nos enseña que cuanto más santidad haya, más estricta es la exigencia. El que quiere vivir una vida de santidad no puede hacer cosas que otros pueden hacer. Uno que desea acercarse más a la santidad dentro del plan del Eterno que hay para su vida tendrá que revisar toda área de su vida y preguntarse si lo que está haciendo es agradable para el Eterno. Para los diferentes grupos de personas hay cosas permitidas que no son totalmente agradables para el Eterno. También hay cosas agradables para el Eterno que no son perfectas para él. Y finalmente hay cosas perfectas en cada uno de los diferentes grupos de personas, según el nivel de santidad máxima de cada grupo. Vemos por o tanto que se puede vivir en diferentes niveles de santidad dentro del grupo al cual uno pertenece. Aunque hayan cosas permitidas, no siempre convienen, especialmente si queremos ser sensibles a la voz del Espíritu y vivir una vida en íntima relación con nuestro Padre y con su Mesías. La negación de privilegios normales en esta vida producen mayor santidad. “Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna… Todo me es lícito, mas no todo conviene; todo me es lícito, mas no todo edifica.” (1 Cor. 6:12; 10:23 LBLA) Que el Eterno nos ayude a cada uno a encontrar el nivel de mayor santidad dentro del grupo de personas a la cual pertenecemos. Ketriel |