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Emor 31-6 Di Levítico 23:33-44 Estas son las fiestas señaladas del SEÑOR que proclamaréis como santas convocaciones, para presentar ofrendas encendidas al SEÑOR, holocaustos y ofrendas de cereal, sacrificios y libaciones, cada asunto en su propio día, además de las ofrendas de los días de reposo del SEÑOR, además de vuestros dones, y además de todos vuestros votos y ofrendas voluntarias que deis al SEÑOR. (Lev. 23:37-38 LBLA) ¿Qué es lo más importante en las fiestas señaladas? Como no hemos tenido un templo durante tanto tiempo es fácil no tomar en serio lo que la Torá realmente está enseñando acerca de los sacrificios. Es obvio que uno de los temas centrales de las fiestas es la presentación de sacrificios de animales al Eterno. Creo que podemos decir que es lo más importante en las fiestas. Las fiestas son en primer lugar para presentar sacrificios al Eterno y luego viene todo lo demás de cada fiesta. Primero sacrificar, luego lo demás, primero el Eterno y luego nosotros. Este es el principio del Reino de los Cielos. No hay ninguna relación con el Eterno sin sacrificio. Hoy en día no podemos celebrar las fiestas de manera correcta porque todavía no tenemos templo. Por lo tanto, por mucho que nos esforcemos para cumplir las normas para cada fiesta, ninguna celebración de las fiestas señaladas podrá ser al cien por cien como el Eterno desea. Sin embargo, hay muchos tipos de sacrificios, y mientras que no tengamos la posibilidad de quemar animales sobre el altar, tenemos que buscar otras formas de presentar sacrificios. Lo importante es poner al Eterno en primer lugar en todas las fiestas y la presentación de todo tipo de sacrificio que sea grato a HaShem es la manera de demostrarlo de manera práctica. Podemos ofrecerle oraciones con alabanzas en lugar de los sacrificios. También podemos dar dinero y otros objetos de valor a causas buenas. El motivo de todo sacrifico tiene que ser que el Eterno sea exaltado y que su voluntad se haga en la tierra como en el cielo. Si no tenemos estos motivos en nuestras oraciones, alabanzas y donaciones no son sacrificios agradables para él. Si oramos y cantamos para sentirnos bien, para cumplir un deber religioso, para ser vistos por los hombres, para ser elogiados por la gente, entonces no estamos presentando sacrificios al Eterno, sino buscando nuestros propios intereses. Los motivos detrás de nuestros sacrificios siempre tienen que ser que el Eterno sea exaltado en todo. De esa manera podremos celebrar las fiestas delante de él y gozarnos y luego recibir y disfrutar de todas las cosas buenas que nos da. Pero nuestro disfrute y bienestar delante de Él siempre viene como resultado de primero haberle presentado sacrificios agradables. Que el Eterno derrame de su Espíritu sobre nosotros para ayudarnos a que nuestras prioridades siempre sean correctas para que podamos presentar ofrendas y sacrificios con motivaciones y actitudes correctas, para Su gloria y honra, amén. Ketriel |