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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Nasó 35-6

Levanta

Números 7:42-71

El sexto día se presentó Eliasaf, hijo de Deuel, jefe de los hijos de Gad. 

(Núm. 7:42 LBLA)

¿Quién desea destacar sobre los demás?

Día tras día vinieron los jefes de las tribus para presentar sus ofrendas para la dedicación del altar. Cada uno entregó lo mismo que los demás. Aunque la razón detrás de cada objeto entregado podía variar entre jefe y jefe, la ofrenda de cada uno fue igual que la de sus compañeros.

Esto nos enseña varias cosas. Primero aprendemos que cada jefe estaba dispuesto a sacrificar cosas muy valiosas al Eterno, lo cual es de esperar de un jefe en Israel.

También aprendemos que ninguno de ellos tenía el deseo de lucir ante los demás. Después del sacrificio de Najshón el primer día, cualquiera de los jefes podía haber dado algo más par así destacar. A partir del segundo día, todos podían haber dado más que los anteriores, pero no lo hicieron. Esto muestra una actitud muy bonita de solidaridad y amor a los compañeros. El hecho de que cada ofrenda es exactamente igual muestra el deseo de cada jefe de no elevarse por encima de los demás sino dejar que todos sean honrados de igual manera.

Querido discípulo del Mesías, cuídate mucho del espíritu de competición que hay en la carne. Si tienes la oportunidad de hacer algo mejor que el otro, no lo hagas si tu motivo es ser mejor, ser más santo, ser más grande, ser más alabado o ser más visto por los hombres. Busca motivos más nobles y puros y serás honrado ante el Eterno. Sé fiel a tus compañeros y no te aproveches de nadie ni dejes que nadie sea menospreciado para que tú puedas ser honrado. Un líder que habla desfavorablemente de otros con el fin de auto elevarse no es apto para servir como líder en el Reino del Eterno.

Que el Eterno nos libere de toda actitud de competición y nos llene de compromiso y fidelidad al grupo en el cual nos ha puesto como miembros.

Ketriel