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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Koraj 38-4

Afeitado

Números 16:44-50 (17:9-15 heb.)

Aarón lo tomó como Moisés le había dicho, y corrió hacia el medio de la asamblea, pues he aquí que la plaga ya había comenzado entre el pueblo. Y echó el incienso e hizo expiación por el pueblo. Y se colocó entre los muertos y los vivos, y la plaga se detuvo.

 (Núm. 16:47-48 LBLA)

¿Qué hace un buen pastor?

Cuando el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo en el día de expiación tenía que quemar incienso para producir una nube entre él y la presencia divina. De esa manera el incienso le protegía de la muerte (Lev. 16:13).

Aún así, el sumo sacerdote Aharón ahora tuvo que arriesgar su vida a la hora de correr en medio del pueblo para intentar de parar el ángel de la muerte en la tarea que había recibido del Eterno de exterminar al pueblo. Los dos hijos de Aharón habían muerto delante del Eterno en el momento de quemar incienso de manera incorrecta, y ahora Aharón tenía que quemar el incienso de manera que el Eterno no había mandado. En obediencia a Moshé, Aharón se entregó para salvar al pueblo. Su entrega dio efecto y el ángel de la muerte dejó de matar cuando Aharón llegó a donde estaba. Como Aharón echó el incienso sobre su incensario había una nube entre él y el ángel de la muerte. De esa manera el ángel tuvo que parar por causa de la nube del incienso.

Esa nube contiene un secreto muy grande. Habla de la muerte del Mesías Yeshúa, por medio del cual el pueblo de Israel es salvado de la destrucción.

Anteriormente Moshé había pedido al Eterno perdonar al pueblo o borrarle del libro. Ahora vemos la misma actitud en su hermano Aharón. Estaba dispuesto a dar su vida por el pueblo. Estos son líderes de verdad, buenos pastores que dan sus vidas por las ovejas.

Que el Eterno levante muchos de ese tipo de líderes de nuevo.

Kol tuv,

Ketriel