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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Balak 40-1

Devastador

Números 22:2-12

"Mira, el pueblo que salió de Egipto cubre la faz de la tierra; ven ahora, maldícemelos; quizá yo pueda pelear contra ellos y expulsarlos." Y Dios dijo a Balaam: No vayas con ellos; no maldecirás al pueblo, porque es bendito.

(Núm. 22:11-12 LBLA)

¿Se puede maldecir a un pueblo bendecido?

Ser expulsado de la tierra es una maldición. La palabra hebrea que ha sido traducida como “expulsar” es garash – גרש. El significado de esta palabra es ser expulsado de una posesión, expatriado y divorciado. El Eterno expulsó – garash – a Adam y Javá del huerto del Eden. También expulsó – garash – a Kayin de la tierra. La misma palabra es usada para una mujer divorciada – grushá, גרושה – y la expulsión de Israel de Egipto.

La expulsión del pueblo del pacto de la tierra prometida constituye una maldición tanto para el pueblo como para la tierra. Cuando el pueblo del pacto vive fuera de la tierra de Israel es porque le ha alcanzado la maldición. También la tierra experimenta una maldición cuando el pueblo del pacto no vive allí. La tierra de Israel ha sido un desierto durante todo el tiempo en que la gran mayoría del pueblo judío haya vivido fuera de ella.

Ningún otro pueblo puede hacer florecer la tierra de Israel. Cuando otros pueblos plantan en la tierra prometida no da fruto. Los árabes no pueden cultivar en Israel, porque no les produce. Sólo el pueblo del pacto puede hacer florecer la tierra del pacto.

El Talmud enseña que la señal más importante para saber si la redención final está llegando es cuando los árboles de la tierra de Israel produzcan fruto, según lo que está escrito en Ezequiel 36:8: “Pero vosotros, montes de Israel, echaréis vuestras ramas y produciréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque pronto vendrán.” (LBLA) Los montes de Israel están floreciendo para el pueblo de Israel y sólo producen fruto cuando hay judíos en la tierra.

Lo que quería hacer el rey de Moav era divorciar a Israel de su tierra. Para poder logarlo primeramente quiso lanzar palabras de maldición y luego hacer guerra contra ellos.

Exactamente lo mismo sucede hoy. Los enemigos de Israel están intentando engañar a todo el mundo con palabras de maldición, utilizando los medios de comunicación y la influencia de políticos comprados por el petróleo. Cuando luego hayan logrado volcar la opinión mundial en contra del Estado de Israel y el resto de los judíos iniciarán la guerra para otra vez intentar de divorciar a los judíos de la tierra prometida.

Pero no tendrán éxito porque finalmente vendrá el Mesías como león rugiente para defender a su pueblo y rescatar a los escogidos de entre las naciones que ansiosamente le esperan. El sistema mundial no logrará maldecir y expulsar a los judíos otra vez, porque el pueblo judío abandonará sus pecados cada vez más y se volverá a su Redentor, el Santo de Israel, y él responderá y los salvará.

No maldigas a los judíos, porque es un pueblo bendecido. La maldición se volverá sobre los que lo hagan.

Shavua tov – buena semana,

Ketriel