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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Pinjás 41-2

Boca de serpiente

Números 26:5-51

Los hijos de Aser según sus familias: de Imna, la familia de los imnitas; de Isúi, la familia de los isuitas; de Bería, la familia de los beriaítas.

(Núm. 26:44 LBLA)

¿Cuál es el secreto de la preservación del pueblo judío?

En la parasháפרשה, sección – de esta semana aparece la palabra mishpajá – משפחה, familia, clan – más de 80 veces. El pueblo de Israel es el pueblo de las familias. La familia es la base para su preservación. Toda cultura y pueblo que ha introducido la corrupción en la familia ha desaparecido en la historia. La preservación de la familia y la fidelidad en el pacto matrimonial es una de las cosas más fundamentales en el pueblo santo. Al desintegrar la familia el pueblo desaparecerá.

El texto hebreo introduce una repetición después de los nombres principales de cada familia, primero viene el nombre y luego se añaden la letra hey –ה  – al principio y la yud – י  – al final de cada nombre. La hey es el artículo definido y la yud final transforma el nombre en un adjetivo. Las dos letras yud y hey son las primeras dos letras del Nombre del Eterno. Algunas veces aparecen sólo estas dos letras como abreviación del Nombre sagrado. Encontramos un ejemplo en la palabra haleluyá, que está compuesta por las dos palabras halelú – que significa alabad, y o yah – que son las dos primeras letras del Nombre.

Al poner su Nombre alrededor de cada familia de Israel, el Eterno quiso mostrar que cada una de ellas le pertenecían. Pero no sólo eso, su Nombre está puesto detrás y delante de cada nombre de familia, dándonos a entender que él guardaba a cada familia en, o dentro de su Nombre. Él estaba detrás y delante de ellas y puso su propio sello sobre cada una de ellas.

Esto es también una muestra, como dice el Midrash, de que los egipcios no habían violado a las mujeres cuando eran esclavas sino que cada familia había mantenido su pureza para poder ser contada como hijos de cada padre en el pueblo santo.

La letra yud representa lo masculino y la letra hey representa lo femenino. Las dos letras al principio y al final de cada nombre de familia muestra la unión entre el padre y la madre para la formación de esa familia. El hecho de que la hey – lo femenino – venga al principio de los nombres de las familias puede ser interpretado, según dice el Talmud, como que las madres fueron puestas primero para destacar sus méritos por haber sido fieles y mantenido la pureza sexual en Egipto.

En el Salmo 122:4b está escrito: “las tribus del SEÑOR” donde aparecen sólo las dos primeras letras del Nombre sagrado, “las tribus de YAH (יה)”. Las tribus de Israel fueron dedicadas al Eterno por familias y por eso su Nombre ha sido puesto como un adorno alrededor del nombre de cada familia.

El nombre Imná, o Yimná –ימנה  – que aparece en este versículo, ya tiene las dos letras del Eterno al principio y al final desde su nacimiento. Por eso la Torá no añade las dos letras en el nombre de la familia, sino sólo la hey al principio –הימנה  – para honrar la fidelidad de su madre.

El eterno campa alrededor de la persona y la familia que se han entregado a él, como está escrito en el Salmo 34:7: “El ángel del SEÑOR acampa alrededor de los que le temen, y los rescata.” (LBLA) En el Salmo 139:5 está escrito: “Por detrás y por delante me has cercado, y tu mano pusiste sobre mí.” (LBLA) En Juan 17:12 está escrito: “Cuando estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, el nombre que me diste; y los guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera.” (LBLA)

¡Bendito sea el Eterno que ha puesto su Nombre alrededor de nuestra familia!

Ketriel