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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Pinjás 41-5

Boca de serpiente

Números 28:1-15

Y en los principios de vuestros meses ofreceréis en holocausto al SEÑOR dos becerros, y un carnero, y siete corderos de un año sin defecto

(Núm. 28:11 SSE)

¿Quién puede celebrar las lunas nuevas? 

La obligación de consagrar la luna nueva es el cuarto de los 613 mandamientos de la Torá dados al pueblo del pacto que salió de Egipto (Éx. 12:2). El texto que hemos destacado para hoy ordena a los hijos de Israel presentar una ofrenda adicional – en hebreo musaf,מוסף  – al Eterno en cada nueva luna. Como el pueblo santo ha recibido la autorización para definir y anunciar, por medio de sus autoridades reconocidas, cuándo empieza cada nuevo mes, estos días son llamados “vuestros”. En este caso el cielo se somete a la decisión de los máximos responsables del pueblo de Israel que establecen cuándo hay que celebrar las lunas nuevas.

Los escogidos y santos de las naciones no tienen la obligación de sacrificar al Eterno en la luna nueva. No obstante, ellos también pueden celebrar las lunas nuevas por la posición que tienen en el Mesías en el cielo. Además, de la misma manera como los redimidos de la esclavitud egipcia tuvieron que empezar a contar los meses a partir del mes de su salida, los que de entre las naciones han experimentado los efectos de la muerte y resurrección del Cordero del Eterno, que también ocurrió en Pesaj, pueden santificar y contar los meses junto con el pueblo escogido recordando de manera espiritual su primera redención en el Mesías.

En el Salmo 81:3-5a está escrito: “Tocad la trompeta en la luna nueva, en la luna llena, en el día de nuestra fiesta. Porque es estatuto para Israel, ordenanza del Dios de Jacob. El lo estableció por testimonio en José, cuando salió sobre la tierra de Egipto.” (LBLA)

Es interesante notar que Yosef está mencionado de manera especial en relación con la luna nueva y las fiestas. Por un lado el pueblo mismo es llamado Yosef, y por otro lado es una referencia profética al Mesías hijo de Yosef, dentro del cual están incluidos los redimidos de entre las naciones.

En el texto hebreo de este Salmo aparece una letra extra en el nombre Yosef, la letra hey –ה  – de manera que su nombre se pronuncia Yehosef – יהוסף. De esa manera no sólo aparecen las tres primeras letras del Nombre del Eterno, sino también las tres primeras letras del nombre Yehoshúa – יהושע – el nombre completo de Yeshúa. Yosef es uno de los prototipo más importantes del Mesías en relación con la salvación de los gentiles. Su ministerio en Egipto resultó en la salvación de las naciones en primer lugar y finalmente del pueblo de Israel.

De esta manera Yosef representa al Mesías Redentor como cabeza de los gentiles. Con otras palabras, los que de entre las naciones han aceptado el señorío de Yeshúa y su sacrificio expiatorio como único y suficiente medio de su eterna salvación, han entrado a formar parte de su cuerpo. Yeshúa es la cabeza y los que son de él son sus miembros.

El Salmo 82 dice que las lunas nuevas y las fiestas son para el pueblo de Israel y también como testimonio en Yehosef, en el cual están todos los redimidos de entre las naciones.

Por esta razón, los hijos de Noach, redimidos de entre las naciones, no solamente pueden, sino también deben celebrar las lunas nuevas y las fiestas, que todas son sombras de las cosas que venideras en el programa del Eterno para la redención de Israel y el mundo. Todas las lunas nuevas y las fiestas son sombras del Mesías y en el Mesías todos los redimidos de entre las naciones podrán celebrarlas junto con sus hermanos mayores, los hijos de Israel.

Rav Shaúl destaca este hecho en su carta a los Colosenses en el capítulo 2. En los versículos 4-8 advierte contra las filosofías griegas que intentaban introducirse en la fe de los santos. Luego hace una aplicación mesiánica del texto de la Torá que habla del llamado de Avraham, el padre de los que creen. En el versículo 9 dice: “Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El (Mesías)” como un reflejo de Génesis 17:1b: “Yo soy el Dios Todopoderoso (El Shaday – el Poderoso Todosuficiente y Satisfactor)” Después de la resurrección toda la presencia del Eterno pudo entrar en el cuerpo de Yeshúa de manera completa.

En Colosenses 2:10a está escrito: “y habéis sido hechos completos en El” en referencia a Génesis 17:1c: “anda delante de mí, y sé perfecto.”

En Colosenses 2:11 está escrito: “en El también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión del Mesías” (LBLA revisada) en referencia a Génesis 17:11: “Seréis circuncidados en la carne de vuestro prepucio, y esto será la señal de mi pacto con vosotros.” (LBLA) Lo cual quiere decir que cuando un hijo de Noaj entra en el Mesías Yeshúa experimenta una circuncisión interior que le hace partícipe del pacto que el Eterno estableció con y en Yeshúa, el simiente de Avraham.

Luego Pablo sigue hablando de la identificación de los escogidos de entre las naciones con la muerte y resurrección del Mesías, por medio de la tevilá (bautismo) y el perdón de todos los pecados y la liberación de toda deuda y acusación gracias a la muerte expiatoria de Yeshúa.

Luego sigue el texto en los versículos 16-17: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o respecto a días de fiesta o de luna nueva, o de sábados; que son la sombra de lo por venir; mas el cuerpo (es) de Mesías. (RVG revisada)

Por haber sido aceptados en Yehoshúa ben Yehosef, elevados a un estado altísimo en el cielo en él y hechos partícipes en su cuerpo, precisamente por eso, los escogidos de entre las naciones no pueden permitir que nadie los juzgue en cuanto a comida o bebida o fiestas, lunas nuevas o shabats, lo cual se refiere a la dieta y las celebraciones del pueblo del pacto.

Sólo los que son de cuerpo del Mesías tienen el derecho de juzgar (legislar) en cuanto a estas cosas, no los de fuera, ni aquellos judíos que no están dentro del cuerpo del Mesías, ni los gentiles que no están dentro del cuerpo del Mesías. Sólo los del cuerpo del Mesías tienen el derecho de legislar sobre estas prácticas para los hijos de Noaj que han sido escogidos, apartados e introducidos en el Mesías.

De esa manera podemos concluir diciendo que los injertados de las naciones no solamente están invitados a celebrar las lunas nuevas, sino también deben hacerlo y así no solamente recordar su liberación de la esclavitud del pecado, sino también anunciar y recordar la redención final que esperamos con la venida del Mesías Rey en las nubes del cielo.

La luna nueva se celebra durante dos días, el último día del mes lunar anterior y el primer día del mes lunar siguiente. Se inicia con una cena festiva. Se come mejor que en los días normales durante los dos días de celebración. Se incluyen oraciones extras en las bendiciones por los alimentos. Los escogidos de entre las naciones deben hacer por lo menos una convocación santa y cantar alabanzas, orar y compartir enseñanzas de edificación.

Bendiciones,

Ketriel