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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Matot 42-2

Tribus

Números 31:1-12

Y Moisés los envió a la guerra, mil de cada tribu, y a Finees, hijo del sacerdote Eleazar, a la guerra con ellos, con los vasos sagrados y las trompetas en su mano para la alarma. 

(Núm. 31:6 LBLA)

¿Por qué un sacerdote se fue a la guerra?

Cuando 12 000 de los hijos de Israel fueron enviados a ejecutar la venganza del Eterno contra Midián también fue enviado Pinjás, el nieto de Aharón, el que había recibido el sacerdocio por mostrar celo por el Eterno cuando parte del pueblo cometió fornicación con las mujeres idólatras. Pinjás tenía el mismo sentimiento del Eterno en cuanto a los midianitas y por eso estaba capacitado para dirigir el pueblo en esta guerra.

Sin embargo, lo más importante en este caso era que Pinjás estaba encargado de llevarse unas herramientas santas del tabernáculo y las trompetas de plata para tocar teruá תרועה  – alarma. Según Rashí, las herramientas santas fueron el arca y la placa frontal de oro del sumo sacerdote. Estos objetos fueron llevados con el fin de hacer frente el espíritu de impureza que estaba detrás de los midianitas. Esta guerra era santa, ordenada por el Eterno con el fin de ejecutar su venganza. Por lo tanto, la presencia divina y los ángeles tenía que acompañarles en la guerra.

El sacerdote Pinjás estaba allí para activar todas esas fuerzas sobrenaturales del Eterno en el momento de la guerra. Al tocar las trompetas de plata, el Eterno envió órdenes a sus ángeles para proteger y fortalecer a los 12 000 soldados que estaban cumpliendo sus órdenes. De esa manera su misión fue muy próspera.

Cuando entres en una batalla, asegúrate de tres cosas, que estés cumpliendo una orden divina, que la presencia del Eterno esté contigo y que camines en santidad. Así prosperarás en la batalla.

Bendiciones,

Ketriel