Mana diarioParasháDonaciónDoctrina Trinidad

 

El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Matot 42-4

Tribus

Números 31:25-41

Cuenta el botín que fue tomado tanto de hombres como de animales; tú con el sacerdote Eleazar, y los jefes de las casas paternas de la congregación

(Núm. 31:26 LBLA)

¿Cómo fueron elevadas las vírgenes midianitas?

El Eterno ordenó a Moshé no solamente contar el botín que habían conseguido en la guerra contra Midián, sino también dar tributos de él al sumo sacerdote y a los levitas. Sin embargo, no tenían que contar los objetos sino solamente los hombres y los animales. Por esto el texto hebreo dice literalmente:שׂא את ראשׁ מלקוח  sa et rosh malkoaj – levanta la cabeza del botín.

En el sentido simple la expresión significa tomar en cuenta a una persona o a un animal, hacer un censo. Pero la misma expresión – levanta la cabeza – nos invita a pensar que cuando una persona es contada, tomada en cuenta, es también elevada. El sentimiento de que nadie cuenta conmigo puede ser muy negativo. Por eso ser contado es una manera de ser honrado.

También se puede entender la expresión como una elevación a la dignidad espiritual o moral. De esta manera entendemos que no solamente las 32 000 chicas jóvenes vírgenes, que fueron capturadas en la guerra, sino también los animales fueron elevados a un nivel más alto a la hora de ser recibidos dentro del pueblo de Israel. No solamente es un gran honor para una persona poder servir al pueblo sacerdotal sino el que lo hace también es elevado espiritualmente y moralmente.

Tenía que haber sido muy doloroso y frustrante para esas prisioneras de guerra no solamente haber perdido a sus familiares y hogares, sino también tener que someterse y servir a un pueblo diferente con un idioma, costumbres y una cultura muy ajenos a los que ellas habían aprendido.

Por otro lado estas hijas de Midian aprenderían las buenas normas de la Torá y las costumbres nobles del pueblo del pacto para elevarse a un nivel de obediencia al Eterno que nunca hubieran podido experimentar en su país de origen. Ciertamente la guerra contra Midian era muy dolorosa para ellas, pero el beneficio a largo plazo fue muy alto.

Lo primero que el Eterno mandó para estas vírgenes era que sus cabezas fueran elevadas. Ya no tenían que caminar con las cabezas inclinadas; fueron contadas, consideradas, valoradas y entregadas al servicio sagrado. Así se transformó su humillación en elevación.

¡Bendito sea el Eterno por levantar a los caídos!

Ketriel