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VaEtjanán 45-3 Y supliqué Deuteronomio 4:41-49 Esta es, pues, la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel. Estos son los testimonios, los estatutos y las ordenanzas que Moisés dio a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto. (Deut. 4:44-45 LBLA) ¿Para quién es la Torá? La Torá no fue dada a todas las naciones sino a la nación sacerdotal Israel. Los mandamientos que fueron dados a los hijos de Noaj son para todas las naciones, pero todos los mandamientos que fueron dados al pueblo que salió de Egipto no aplican a todas las naciones. Los hijos de Israel tienen la obligación de enseñar a las naciones cuáles son los mandamientos que son para ellos porque el judío ha sido puesto como un instructor para el hijo de Noaj. En Romanos 2:12-29 está escrito (mis comentarios aparecen entre paréntesis): “Pues todos los (gentiles) que han pecado sin la ley (porque la Torá fue dada a Israel, no a los gentiles), sin la ley también perecerán; y todos los (hijos de Israel) que han pecado bajo la ley, por la ley (que el Eterno dio a Israel por medio de Moshé) serán juzgados; porque no son los (judíos que solamente son) oidores de la ley los justos ante Dios, sino los (judíos) que cumplen la ley, ésos serán justificados (con otras palabras reconocidos ante el Eterno como los que han hecho lo correcto). “Porque cuando los gentiles, que no tienen la ley (dada por Moshé, porque la Torá fue dada a los hijos del pacto de la circuncisión, no a los gentiles), cumplen por instinto los dictados de la ley (aquella parte de la Torá que aplica a los gentiles, los siete mandamientos para los hijos de Noaj), ellos, no teniendo la ley (dada por Moshé, porque la Torá fue dada a Israel, no a los gentiles), son una ley (natural y lógica) para sí mismos, ya que muestran la obra de la ley (para los gentiles, los siete mandamientos de Noaj) escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos acusándolos unas veces y otras defendiéndolos, en el día en que, según mi evangelio (proclamación del cumplimiento de la promesa antigua), Dios juzgará los secretos de los hombres mediante el Mesías Yeshúa. “Pero si tú, que llevas el nombre de judío y te apoyas en la ley (de Moshé dada a los hijos de Israel); que te glorías en Dios, y conoces su voluntad (porque su voluntad aparece en los 613 mandamientos); que apruebas las cosas que son esenciales, siendo instruido por la ley (acerca de quién es Dios y lo que quiere), y te confías en que eres guía de los ciegos (los gentiles que no tienen la Torá escrita ni oral), luz de los (hijos de Noaj) que están en tinieblas, instructor de los necios (que no saben qué mandamientos los aplican), maestro de los faltos de madurez (por no tener la revelación dada en Sinai); que tienes en la ley la expresión misma del conocimiento y de la verdad (amén); tú, pues, que enseñas a otro (porque según tu misión como judío tienes que enseñar al gentil su camino), ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas (al gentil) que no se debe robar (porque es uno de los siete mandamientos de Noaj), ¿robas? Tú que dices (a los hijos de Noaj) que no se debe cometer adulterio (porque es uno de los siete mandamientos), ¿adulteras? Tú que abominas los ídolos (que también es uno de los siete mandamientos), ¿saqueas templos? Tú que te jactas de la ley (con agradecimiento sabiendo qué responsabilidad tienes ante el Eterno y ante las naciones de ser un ejemplo de persona obediente y devota), ¿violando la ley (quebrantando alguno de los 613 mandamientos y especialmente alguno de los siete que fueron dados a todos los hombres) deshonras a Dios? Porque EL NOMBRE DE DIOS ES BLASFEMADO ENTRE LOS GENTILES POR CAUSA DE VOSOTROS (porque gran parte de los judíos no están cumpliendo lo que están predicando), tal como está escrito. Pues ciertamente la circuncisión es de valor (porque es la señal del pacto que tienes con el Eterno) si tú practicas la ley (escrita y oral), pero si eres transgresor de la ley (quebrantando la Torá escrita explicada por la torá oral), tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión (porque estás violando el pacto). “Por tanto, si el incircunciso cumple los requisitos de la ley (de los siete mandamientos que le fue dada en el tiempo de Noaj, no la que no le fue dada y lo le aplica), ¿no se considerará su incircuncisión como circuncisión (como si hubiera sido un hijo del pacto obediente)? Y si el que es físicamente incircunciso guarda la ley (no la de Sinai, sino la que le fue dada), ¿no te juzgará a ti (judío), que aunque tienes la letra de la ley y eres circuncidado, eres transgresor de la ley (si no cumples los mandamientos correctamente)? Porque no es judío el que lo es exteriormente (porque la judaidad no consiste en tener una marca del pacto si uno no cumple con ese pacto), ni (el significado espiritual de) la circuncisión es la externa, en la carne; sino que es (un verdadero y completo) judío el que (no solamente lo es en su carne sino también) lo es interiormente, y la circuncisión (a la que la circuncisión de la carne apunta y que realmente es la que importa delante del Eterno) es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; (y como la palabra judío significa el que alaba y da gracias) la alabanza del cual no procede de los hombres (por solamente cumplir las cosas exteriores delante de los hombres), sino de Dios (porque hace las cosas con temor ante el cielo y no busca el reconocimiento de los hombres).” (LBLA revisada) Hay dos posiciones extremas y erróneas en cuanto a la Torá. La primera es la que enseña que a partir de Gólgota la ley de Moisés ya no es válida ni para el judío ni para el gentil. Ahora hay un nuevo pacto con la iglesia de los que creen en Jesucristo y ellos son el verdadero Israel, el Israel espiritual que reemplaza el Israel del antiguo pacto. El antiguo pacto fue anulado y ahora sólo son aplicados los mandamientos que aparecen en el nuevo testamento y especialmente el amor que cumple toda la ley. La otra posición en cuanto a la Torá enseña que en el Mesías todas las personas que han recibido la nueva vida de entre las naciones están obligadas a cumplir toda la ley de Moshé, incluida la circuncisión en la carne para los varones. Esta posición rechaza la torá oral y cree que se puede aplicar los mandamientos de la Torá sin la explicación de los rabinos. Ambas posiciones atentan contra la existencia del pueblo judío y son impedimentos considerables para la redención final de los judíos y las naciones. Que el Eterno nos dé equilibrio en todo esto. Bendiciones, Ketriel |