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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


VaEtjanán 45-7

Y supliqué

Deuteronomio 7:1-11

Cuando el SEÑOR tu Dios te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para poseerla y haya echado de delante de ti a muchas naciones: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, siete naciones más grandes y más poderosas que tú, y cuando el SEÑOR tu Dios los haya entregado delante de ti, y los hayas derrotado, los destruirás por completo. No harás alianza con ellos ni te apiadarás de ellos… pero al que le odia, le da el pago en su misma cara, destruyéndolo; y no se tarda en castigar al que le odia, en su misma cara le dará el pago. 

(Deut. 7:1-2, 10 LBLA)

¿Por qué tenían que ser tan radicales con las siete naciones?

La Torá explica que las siete naciones fueron muy malignas delante del Eterno practicando toda cosa abominable y horrorosa en honor a sus dioses. Pero como los hijos de Israel habían recibido tanta misericordia por parte del Eterno y sus corazones eran blandos, les era muy difícil ejecutar el juicio del Eterno sobre estas siete naciones. Vez tras vez el Eterno repite que tienen que destruirlas por completo sin tener piedad de ellos. Tenía que haber sido muy doloroso tener que matar a hombres, mujeres y niños sin piedad.

El versículo 10 dice que el Eterno destruye al que le odia, y es obvio que estas siete naciones odiaban al Eterno y su destrucción vino por ello. La influencia de los espíritus malignos era tan fuerte que ni siquiera los niños podían ser perdonados. Además de los hombres también todo objeto y lugar de culto tenían que ser destruidos por completo.

Sin embrago, los hijos de Israel sólo tenían la autorización para hacer eso en la tierra que el Eterno les había marcado y con los pueblos mencionados uno por uno. Fuera de esa tierra no podían hacerlo.

No hay ningún ejemplo ni en las Escrituras ni en el resto de los libros históricos de que los judíos hayan impuesto su religión sobre otras naciones o territorios. El judaísmo no es como otras religiones que han ido forzando violentamente su creencia sobre otros.

Solamente en dos casos los judíos han tenido que actuar violentamente, para defenderse de ataques y amenazas de muerte y en este caso del exterminio de las siete naciones que vivían en la tierra del Eterno, la tierra prometida.

Los hijos de Israel no tenían la autorización para hacer guerra contra otras naciones, sólo las siete naciones bien definidas.

Ten mucho cuidado de no meterte en el área de tu prójimo. Si no has recibido autorización para corregir la mala conducta de otros no lo hagas, sólo estarás haciendo mal aunque tu amor por la verdad y la justicia sea tu motivo.

Que el Eterno nos guarde de todo mal.

Shabat shalom,

Ketriel