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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Reé 47-1

Observa

Deuteronomio 11:26 – 12:10

No haréis como todo lo que nosotros hacemos aquí ahora, cada uno lo que bien le parece, porque aún hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da el SEÑOR vuestro Dios.

(Deut. 12:8-9 SSE)

¿Qué relación hay entre guardar los mandamientos y el reposo?

La estancia en el desierto era temporal y transitoria. Allí cada uno hacía lo que era recto a sus propios ojos. La Torá fue dada en Sinai no para ser guardada en el desierto sino en la Tierra prometida. Por eso era imposible guardar muchos de los mandamientos en el desierto y tenían que improvisar y hacer lo que podían en esa situación transitoria.

Moshé rabenu estaba preparando al pueblo para pasar de la etapa de los cuarenta años transitorios y preparatorios a una nueva situación totalmente diferente. Este texto dice que cuando estaban en el desierto todavía no habían entrado al reposo y a la heredad. El reposo es una cosa y la heredad es otra. El reposo tiene que ver con el estado mental y la heredad tiene que ver con algo físico, la tierra. Cada tribu iba a recibir una herencia terrenal y cada familia iba a recibir su lugar de morada donde podía sentirse en casa y tener reposo en el alma.

Ahora, como la Torá en primer lugar fue escrita para la Tierra de Israel, todos los mandamientos están relacionados con la vida de las doce tribus en ella. Sin la presencia de las doce tribus en la Tierra es imposible cumplir toda la Torá y es imposible entrar en un reposo completo.

Es interesante ver la relación entre el reposo emocional y el cumplimiento de los mandamientos. La falta de mandamientos crea inestabilidad mental que es contraria al reposo. En el desierto no podían cumplir muchos de los mandamientos y por eso no tenían reposo en sus almas. Pero en la Tierra sí iban a poder cumplir los mandamientos y así llegarían al reposo.

La anarquía y la falta de normas fijas crea personas con inestabilidad mental y emocional. Rutinas fijas, normas que no cambian, límites claras y una conducta bien establecida crea seguridad y reposo en el alma de cada uno. El que hace lo que le parece recto a sus propios ojos no ha entrado en el reposo del Eterno. Sólo el que sabe lo que tiene que hacer, según haya sido instruido por la Torá, tendrá paz en su alma. Por eso nuestro Maestro cita del profeta Yirmeyahu (Jer. 6:16) y dice a los que no sabían cómo cumplir la Torá correctamente: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.” (Mat. 11:28-30 LBLA)

Su yugo simboliza el sometimiento a su interpretación de la Torá. El que sabe cómo cumplirla correctamente tendrá descanso en su alma. El que quiebra o anula los mandamientos no hallará descanso para su alma ni en este mundo ni en el venidero.

Shavua tov,

Ketriel