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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Ki Tetsé 49-7

Cuando salgas

Deuteronomio 24:14 – 25:19

No oprimirás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus conciudadanos o uno de los extranjeros que habita en tu tierra y en tus ciudades. En su día le darás su jornal antes de la puesta del sol, porque es pobre y ha puesto su corazón en él; para que él no clame contra ti al SEÑOR, y llegue a ser pecado en ti… No pervertirás la justicia debida al forastero ni al huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda, sino que recordarás que fuiste esclavo en Egipto y que el SEÑOR tu Dios te rescató de allí; por tanto, yo te mando que hagas esto.

(Deut. 24:14, 15, 17, 18 LBLA)

¿Qué tiene que ver la piedad con la justicia?

Aunque la Torá establece y defiende el derecho a la propiedad privada no permite que uno que tenga bienes sea insensible a las necesidades de los pobres. El amor te obliga a no pensar sólo en ti mismo sino amar a tu prójimo como a ti mismo. Esto no significa que la Torá esté de acuerdo con la idea comunista donde todos comparten todo por igual y donde todo es de todos.

La Torá establece un equilibrio entre el derecho a la propiedad privada y la obligación de compartir con los demás, pero hay límites en cuanto a compartir. No es correcto que uno dé todos sus bienes a los pobres para luego quedarse sin recursos y así tenga que sufrir él y su familia. Eso no es amar al prójimo como a sí mismo, es estupidez. Uno que tiene recursos tiene la obligación de ayudar a los necesitados pero sólo hasta cierto límite. No es plan que él también sea pobre sino que pueda seguir prosperando para tener lo suficiente él y su familia y para poder compartir con todos los necesitados.

La Torá enseña que el que no da el salario a un obrero en el tiempo pactado lo está oprimiendo y eso es pecado.

En el versículo 13 se habla de un acto de bondad al necesitado como justicia, en hebreo tsedaká – צדקה. Veamos la similitud que hay entre los versículos 13 y 15:

(13) Devolverás la ropa al pobre antes de ponerse el sol – él te bendecirá – te será justicia delante del Eterno.

(15) Pagarás al jornalero antes de la puesta del sol – para que él no clame al Eterno contra ti – te será pecado.

La palabra justicia, tsedaká, está puesta como lo contrario de pecado, en hebreo jet – חטא. La palabra tsedaká tiene varios significados en las Escrituras, vamos a mencionar tres de ellos: rectitud en el comportamiento (Deut. 6:25; Rom 2:13), declaración de inocencia (por medio de la fe y del perdón) (Gén. 15:6; Luc. 18:14), obra de caridad (Deut. 24:13; Mat. 6:1).

Esto nos enseña que el que hace una obra de caridad al necesitado está actuando de forma justa y recta. El no tratar al necesitado correctamente, ayudándolo y dándolo su salario según los parámetros establecidos en la Torá, es pecado, lo contrario de justicia. Considerar al pobre es hacer justicia, lo contrario al pecado.

Por otro lado tenemos que decir que las obras de justicia que el hombre pueda hacer, obedeciendo la Torá y ayudando al necesitado, no son medios para su justificación eterna delante del Eterno en el sentido de obtener o asegurarse la salvación. Por el contrario, la justificación del Eterno viene dado como un regalo al que se arrepiente de sus pecados y cree en su perdón, como está escrito en el Salmo 32:1-2: “Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el SEÑOR no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño.” (LBLA)

Hagamos bien a los necesitados.

Shabat shalom,

Ketriel