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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Jayei Sará 5-3

Las vidas de Sará

Génesis 24:10-26

 Entonces el hombre se postró y adoró al SEÑOR

(Gén. 24:26 LBLA)

¿Cómo son los seguidores de Avraham?

El siervo más confiado de Avraham se fue a Mesopotamia para buscar esposa para Yitsjak. Consigo llevaba diez camellos cargados de toda clase de bienes. Con el nacimiento de Yitsjak Eliezer había sido desplazado en los planes de Avraham. Antes de Yitsjak Avraham estaba planeando entregarle toda su herencia (15:2) pero el Eterno cambió los planes de Avraham y dijo que Yitsjak sería el heredero (15:4; 21:10,12). La herencia incluía no solamente lo material sino algo mucho más importante; una fe inconmovible y unas promesas y bendiciones eternas.

Eliezer se había criado en el ambiente espiritual y la fe de su amo. Avraham tenía total confianza en él porque sabía que era completamente fiel. El siervo no buscaba sus propios intereses cuando estaba sirviendo en su misión de shalíaj – emisario. Lo único que le interesaba era cumplir la voluntad del que le había enviado y en este caso él sabía que no se trataba de una misión meramente humana, sino de cumplir con un plan divino para la redención futura del mundo. Era muy importante que Yitsjak recibiera una esposa designada por el Cielo. Por eso el siervo no confiaba en sus propias capacidades de discernimiento, sino había aprendido de su amo a confiar en el Eterno y actuar en fe.

Cuando llegó a la ciudad destino hizo arrodillar a los camellos junto a un pozo de agua (24:11). Los camellos necesitan arrodillarse para poder descansar. El hecho de que la Torá mencione esto nos puede enseñar algo alegórico. La palabra hebrea para arrodillar es baraj ברך  - que tiene relación con berej ברך  – rodilla. La palabra baraj también significa bendecir (24:1). Es la palabra que se usa cuando bendecimos al Eterno: “Baruj HaShem”. Baruj significa bendito. Lo interesante es que la bendición está íntimamente relacionada con la rodilla. Esta verdad la había aprendido Avraham y la había transmitido a todos los que vivían con él. El que sabe doblar sus rodillas es capaz de obtener bendiciones. El que se humilla será ensalzado.

El hecho de que Eliezer hizo arrodillar a los diez camellos nos habla alegóricamente de lo que Avraham había estado enseñando a sus seguidores. De la misma manera como Eliezer hizo que sus siervos, los camellos, se arrodillaran, así Avraham había estado enseñando a sus seguidores a humillarse y arrodillarse ante el Eterno. Avraham era amigo del Eterno y por eso él sabía lo que le gustaba al Eterno y lo que más deseaba entre los hombres. Él sabía que el Eterno busca adoradores, como está escrito en Juan 4:23: “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren.” (LBLA)

Avraham había ganado muchas almas (12:5) y a todas ellas había enseñado a ser adoradores. El único deseo de su alma era satisfacer los deseos de su Señor y por eso se dedicaba a enseñar a su pueblo a ser adoradores que sabían inclinar sus corazones y doblar sus rodillas ante el Eterno.

Cuando el siervo de Avraham había recibido una respuesta clara a su petición de una mujer para Yitsjak de una hija de sus familiares, se inclinó en la tierra y adoró al Eterno.

Sé un adorador del Eterno. Acostúmbrate a inclinar, no solamente tus rodillas, sino también tu corazón, ante el Eterno. De esa manera serás un hijo seguidor de Avraham que imita fielmente su fe, porque los que son de fe, esos son hijos de Avraham (Rom. 4:12; Gal. 3:7).

Que seas bendecido junto con tu padre Avraham,

Ketriel