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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Jayei Sará 5-4

Las vidas de Sará

Génesis 24:27-52

Y me postré y adoré al SEÑOR, y bendije al SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino verdadero para tomar la hija del pariente de mi señor para su hijo.

(Gén. 24:48 LBLA)

 

¿Puede la verdad ser un camino?

Cuando el siervo de Avraham avinu vio que el Eterno le había guiado justamente a la casa dónde estaba la mujer destinada para el hijo de su amo, no tuvo vergüenza de postrarse y adorar al Eterno delante de todos. Esta osadía y valentía venía del espíritu que gobernaba en la casa de Avraham donde se había educado.        

El siervo era muy meticuloso para contar sólo la verdad acerca de Avraham sin exagerar y exactamente lo que había pasado antes de su viaje y con su encuentro con Rivká (Rebeca). Es obvio que era un hombre que amaba la verdad y la rectitud. No es de extrañar que Avraham confiaba plenamente en él. Su honestidad habla por sí misma en este capítulo. Era un hombre que no solamente conocía la gracia del Eterno, sino también su verdad (24:27) y esperaba que los hombres reflejaran estos dos lados muy importantes del carácter del Eterno (24:49).

Ahora, Eliezer dijo que el Eterno le había guiado por un camino de verdad (derej emet דרך אמת) según el texto hebreo. Un ángel había sido enviado delante, preparando las circunstancias para que el encuentro divino tuviera lugar junto al pozo entre el siervo y Rivká.

Podemos aprender dos cosas importantes de la expresión “camino de verdad”; primero que la verdad es un camino. Un camino en las Escrituras simboliza la manera de comportarse en la vida. Hay los que se dirigen por el camino de la mentira y otros que se dirigen por el camino de la verdad. Hay los que piensan que pequeñas mentiras no son graves y no saben que toda clase de mentira pertenece al camino de la mentira y son el producto de la influencia del padre de la mentira en este mundo (Juan 8:44). Todo aquel que recurre a la mentira y falsedad se conecta con el enemigo del Eterno, satán. Es cierto que no hay que decir siempre toda la verdad, pero no es lo mismo decir parte de la verdad que decir una mentira. La mentira es una tergiversación de la verdad, y eso viene del maligno.

El Elokim de Avraham es el Elokim de verdad, como está escrito en el Salmo 31:5: “En tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh SEÑOR, Dios de verdad.” y Jeremías 10:10a: “Mas el SEÑOR Dios es la Verdad”. (Sagradas Escrituras) Si Él es un Elokim de verdad, no cabe la más mínima mentira en Él. Así también son sus verdaderos hijos, como está escrito en el Salmo 51:6a: “He aquí, tú deseas la verdad en lo más íntimo”. (LBLA) Eliezer amaba la verdad y andaba en el camino de la verdad.

Lo segundo que podemos aprender de este texto es que el camino de la verdad nos lleva a un destino preparado por el ángel del Eterno. Si andamos con media mentiras pensando que ese es el camino para resolver problemas, no vamos a llegar al destino del Eterno. Sólo podremos llegar a tener éxito verdadero en el camino de la verdad.

Querido discípulo del Mesías, como nuestro Rabino es el camino y la verdad (Juan 14:6), sólo podemos caminar con él y por medio de él si amamos en la verdad en lo más íntimo de nuestro ser y aborrecemos todo camino de mentira, por muy pequeño que sea (Salmo 119:104, 128). “No tengo mayor gozo que éste: oír que mis hijos andan en la verdad.” (3 Juan v.4 LBLA)

          Paz sobre todos los que andan en la verdad con amor,

          Ketriel