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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Jayei Sará 5-6

Las vidas de Sará

Génesis 25:1-11

Abraham expiró, y murió en buena vejez, anciano y lleno de días, y fue reunido a su pueblo.

(Gén. 25:8 LBLA)

 

¿A qué pueblo fue reunido Avraham?

Si nuestro padre Avraham había salido de su tierra natal y ya no vivía en el lugar de sus familiares ¿cómo es posible que la Torá diga que fue reunido a su pueblo cuando murió?

La expresión “reunido a su pueblo” no habla del alma que posiblemente sigue existiendo después de la muerte en un lugar desconocido e inalcanzable para los vivos. Así que no se trata de que el alma de Avraham fue reunido al pueblo de los justos que habían muerto.

Esta expresión es un hebraísmo que hace referencia a la antigua manera de enterrar a los muertos. Las tumbas antiguas tenían lugar para varios cuerpos porque normalmente eran tumbas familiares. Dentro de la tumba, que podía ser una cueva, se solía excavar aperturas en la pared suficientemente grandes para poder introducir allí los cuerpos muertos. En el centro de la tumba había un lugar en el suelo más bajo, llamado “el valle”, donde finalmente reunían los huesos de los cuerpos ya descompuestos (cf. Ez. 37:1).

En tiempos antiguos había dos entierros por cada difunto. En el primer entierro se colocaba el cuerpo en la cavidad en la pared. Luego se esperaba hasta su descomposición y entonces tenían el segundo entierro, normalmente un año después del primero. En el segundo entierro sacaban los huesos del cuerpo ya descompuesto y los juntaban en el valle.

En un cementerio del primer siglo de la Era Común, que se encuentra en el Monte de los Olivos, se puede ver que había una costumbre de meter el hueso más grande, el fémur, en una cajita de piedra con inscripciones que identificaban el muerto y que se guardaba como recuerdo.

En el tiempo del segundo templo se repartía la herencia en el segundo entierro cuando los familiares se reunían (cf. Mat. 8:21-22).

Lo que podemos aprender de esto es que la expresión “fue reunido a su pueblo” tiene que ver con la costumbre de reunir los huesos de los familiares muertos en la misma tumba.

Avraham enterró a su esposa Sará en una cueva que había comprado de los hijos de Jet. Él fue luego enterrado en la misma cueva por sus hijos Yitsjak e Yishmael (25:9) y de esa manera fue reunido a los huesos de Sará que era parte de su pueblo. Luego sus hijos Yitsjak y Yaakov fueron enterrados en la misma cueva, junto con sus esposas Rivká y Leá. En total hay seis cuerpos de los patriarcas y sus esposas enterrados en esa cueva. Todavía se sabe dónde está la tumba, porque hasta hoy se ha mantenido la tradición del lugar.

Las Escrituras enseñan que el cuerpo muerto tiene que volver a la tierra de donde fue tomado (Gén. 3:19), lo cual significa que la cremación no es una opción para el que teme al Eterno.

Sigue el ejemplo de tu padre Avraham y no aceptes la cremación.

Que el que bendijo a Avraham, Yitsjak y Yaakov te bendiga para que puedas llenar tus días según Su propósito para tu vida y que no te permita morir antes de tiempo. Que sea de Su agrado y digamos amén.

          Ketriel