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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Haazinu 53-5

Escuchad

Deuteronomio 32:29-39

Porque el SEÑOR vindicará a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos, cuando vea que su fuerza se ha ido, y que nadie queda, ni siervo ni libre. 

(Deut. 32:36 LBLA)

¿Cuándo vendrá la redención final?

Hasta este punto en el discurso de Moshé rabenu sólo ha habido palabras de reprensión por la conducta maligna de la mayoría del pueblo judío. Ahora hay un cambio de tono y el Eterno se vuelve contra los enemigos del pueblo del pacto, que también son Sus enemigos, y muestra misericordia a sus siervos.

En este versículo hay una clave para entender una de las cosas que tienen que acontecer antes de la redención final. Tiene que ver con la destrucción de la fuerza del pueblo santo. Llegará un momento cuando el Eterno dejará que los enemigos hagan daño al pueblo del pacto para quebrar todo su poder e intentar de destruirlos. Pero cuando vea que el pueblo está a punto de perder todo enviará su ira contra los enemigos de los judíos y salvará a los judíos. Ese será el momento de la redención final, cuando el Eterno mismo vendrá a salvar a su pueblo.

Para decirlo de otra manera, cuando el poder del pueblo judío haya sido quebrado y no haya ninguna esperanza humana para su supervivencia, entonces vendrá la redención.

Hay dos cosas que dan fuerza al Israel de hoy, los Estados Unidos y el ejército de Israel. Cuando el apoyo de estos dos haya sido quebrado y el pueblo sólo podrá mirar hacia arriba y confiar en su Elokim, entonces vendrá el Mesías.

También hay otros textos que hablan del mismo evento. En Daniel 12:6-7 está escrito: “Y uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: ¿Para cuándo será el fin de estas maravillas? Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, que levantando su mano derecha y su mano izquierda al cielo, juró por aquel que vive para siempre, que será por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo ; y cuando se termine la destrucción del poder del pueblo santo, se cumplirán todas estas cosas.” (LBLA)

Isaías 63 habla de la venida del Mesías en nombre del Eterno cuando ejecutará la venganza sobre los enemigos que estarán a punto de destruir el poder del pueblo de Israel. En los versículos 1-6 está escrito: “¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra con vestiduras de colores brillantes; éste, majestuoso en su ropaje, que marcha en la plenitud de su fuerza? Soy yo que hablo en justicia, poderoso para salvar. ¿Por qué es rojo tu ropaje, y tus vestiduras como las del que pisa en el lagar? El lagar lo he pisado yo solo; de los pueblos, ningún hombre estaba conmigo. Los pisé en mi ira y los hollé en mi furor; su sangre salpicó mis vestiduras y manché todo mi ropaje. Porque el día de la venganza estaba en mi corazón, y el año de mi redención había llegado. Miré, y no había quien ayudara, me asombré de que no hubiera quien apoyara; entonces me salvó mi brazo, y fue mi furor el que me sostuvo. Pisoteé los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor y derramé su sangre por tierra.” (LBLA)

Cuando dice que él solo tenía que pisar y que ninguno de los pueblos y ningún otro estaba con él puede entenderse de manera que el apoyo de los Estados Unidos e incluso del ejército de Israel ya no tendrán poder para enfrentar a los enemigos y que la salvación del pueblo judío sólo vendrá por medio del Mesías.

Este hecho también se puede ver en la profecía de Zacarías 14:1-5: “He aquí, viene el día del SEÑOR cuando serán repartidos tus despojos en medio de ti. Y yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudad y serán saqueadas las casas y violadas las mujeres; la mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Entonces saldrá el SEÑOR y peleará contra aquellas naciones, como cuando El peleó el día de la batalla. Sus pies se posarán aquel día en el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al oriente; y el monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidente, formando un enorme valle, y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis tal como huisteis a causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Y vendrá el SEÑOR mi Dios, y todos los santos con El.” (LBLA)

Cuando el ejército de Israel esté quebrado, entonces vendrá la redención final.

Que el Eterno nos dé sabiduría para discernir el tiempo en que vivimos.

Kol tuv,

Ketriel



 

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