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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Vezot haberajá 54-4

Y esta es la bendición

Deuteronomio 33:18-21

Y de Zabulón, dijo: Alégrate, Zabulón, en tus salidas e Isacar, en tus tiendas. Llamarán a los pueblos al monte; allí ofrecerán sacrificios de justicia, pues disfrutarán de la abundancia de los mares, y de los tesoros escondidos en la arena.

(Deut. 33:18-19 LBLA)

¿Quién se alegra más, el que sale o el que se queda?

Aquí hay un ejemplo hermoso de fraternidad entre dos hermanos. Las dos tribus Zevulún e Yisajar están colaborando en la obra del Eterno. Los dos estaban viviendo cerca del mar (Gén. 49:13) y Zevulún se alegraba tanto en sus empresas de pesca y demás cosas para poder sostener a Yisajar cuando estaba estudiando la Torá en sus tiendas. Si no fuera por Zevulún, Yisajar nunca podría dedicarse al estudio de esta manera. Zevulún era menor que Yisajar, pero en este texto es mencionado primero por causa de su amor práctico para sostener a su hermano en sus estudios. Ese mérito le coloca por encima de su hermano mayor. Estos dos estaban trabajando juntos para la extensión del Reino. El uno necesitaba al otro. Zevulún salió y contó a los gentiles acerca de la fe de Israel y los invitó a venir a visitar a Israel. Yisajar se dedicó a estudiar y enseñar la Torá para que Israel y los gentiles que se juntaran con ellos pudiera servir al Eterno de manera correcta.

Según Rashí, los de Yisajar contribuyeron con 200 personas para el gran Sanedrín a lo largo de la historia de Israel, como está escrito en 1 Crónicas 12:32-33: “De los hijos de Yisajar, expertos en discernir los tiempos, con conocimiento de lo que Israel debía hacer, sus jefes eran doscientos; y todos sus parientes estaban bajo sus órdenes. De Zevulún había cincuenta mil que salieron con el ejército, que podían ponerse en orden de batalla con toda clase de armas de guerra y que ayudaron (a David) sin doblez de corazón.”

Necesitamos entre nosotros estas dos clases de personas. Algunos están trabajando con las empresas, dando un apoyo práctico y económico al Reino y así sosteniendo a los que estudian la Torá para que no falte la revelación divina en ningún momento. Sin el apoyo de Zevulún, Yisajar no podría estudiar la Torá. Y sin el apoyo de Yisajar, Zevulún no tendría acceso a la revelación de las cosas divinas. ¡Bendito sea el Eterno por esta hermosa colaboración!

Creo que los dos se alegran de igual manera, tanto el que sale como el que se queda. ¿No crees? Lo cierto que el que se puede alegrar en su trabajo ha recibido una gran bendición.

Kol tuv,

Ketriel




 

 

 

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